Pero mas que estar contento, Erwin estaba algo intrigado por la conversación que tuvo su esposa con su tal amiga Jane, ya que él lo había escuchado absolutamente todo.

Entonces dijo: “Santos, podrías prestarme el carro en esta ocasión, sería muy incómodo ir a recoger a la amiga de tu hermana en un taxi”.

“no hay problema”, respondió Santos, pero luego dijo: “entonces me alistare de inmediato para que me acerquen a la universidad. Después de decir esto, corrió arriba para alistarse.

“¡aah!”, Sara dio un suspiro largo y dijo: “que podemos hacer nosotros los viejos, no tenemos trabajo, no estudiamos, no tenemos un negocio propio, me siento como una carga para nuestra familia, ahora podemos vivir aquí, pero tenemos que devolver una gran suma de dinero para no tener preocupaciones”.

Escuchándola, Jorge se sintió de la misma manera, es bueno vivir en esta gran villa, y de echo es sueño echo realidad, pero se siente impotente por no poder ayudar, acaso no significaba esto que, después de que