Aunque todos en el auto lo escucharon, nadie sintió intriga, así que solo siguieron avanzando, Erwin pensaba llamar luego a Isaac o Esther para ver si lo que sucedió fue algo de importancia o no.

Mientras Erwin se dirigía a la villa C-5, el hombre que seguía maldiciendo en una de las cabinas, no era otro que Benjamín Luque, uno de los excompañeros de la universidad de Helena.

Hace poco más de media hora, los padres de Helena, Jorge y Sara, habían llamado al servicio de huéspedes de la villa y pidieron de favor un vehículo eléctrico para la villa C-5, tal y como se los indico Erwin, pero la solicitud fue escuchada por Benjamín, que se encontraba frente a su amigo de atención y distribución de equipos y herramientas del lugar.

Cuando Benjamín escucho que la petición era para la villa C-5, supuso que el pedido lo había hecho Iván Trento, su amigo y compañero de la universidad, por lo que le dijo al encargado que él podría hacerse cargo del envió, el encargado na