45 El rugido de un León

La Espera y el Perdón

El hospital tenía un sonido particular en las noches. Ese zumbido constante de monitores y pasos en los pasillos, murmullos lejanos y el leve chasquido de las persianas cuando el viento se colaba por alguna ventana mal cerrada. Aurora estaba recostada, con la mirada perdida en el techo, sintiendo el peso de los últimos días en cada rincón de su cuerpo.

Juana seguía allí, aferrándose a la vida dentro de ella, y Aurora sabía que cada día era un regalo. Un regalo que no podía ensuciar con rencor.

—¿Todavía despierta? —preguntó Álvaro, apoyándose suavemente en la baranda de la cama.

—No puedo dormir —susurró ella, girando apenas el rostro para mirarlo.

Álvaro sonrió con esa ternura que rara vez mostraba frente a los demás. Con ella era diferente.

—¿Te molesta que me quede? —preguntó, aunque ya sabía la respuesta.

Aurora negó con la cabeza y movió un poco la mano sobre la sábana. Un gesto sutil, una invitación silenciosa. Álvaro la tomó con la suya, entrelazando sus d
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP