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Capítulo Tres: ¿Será una buena propuesta?

Para aliviar un poco el estrés del trabajo, ambas chicas estaban bebiendo demasiado felices, olvidando por completo lo que había ocurrido en todo el día. 

A veces, Ever creía que la mejor solución era dormirse un día para no despertar nunca más, pero, aún tenía muchas cosas por hacer incluyendo ser la compañía perfecta para su mejor amiga. 

—Si, al menos supiera que te iban a contratar de mantemiento por lo menos estuvieras barriendo donde trabajo para que vieras todos los días a tu eterno enamorado con la cara sucia—dijo Atenea cuando era la quinta copa de licor que estaba bebiendo. 

Todo lo contrario, a Ever quién estaba un poco mal por dentro porque la comida de sus padres se había dañado. 

Sin embargo, se levantó de su asiento para pedir otra ración de comida porque quería sentirse bien para que su amiga no sospechara nada. 

Se encontró con otro chico en la fila mientras intentaba hacer funcionar su teléfono, sin embargo, ahora tenía la pantalla completamente negra. 

—Si quieres te quiero ayudar con esto. Por cierto, un gusto conocerte soy Travis—le dijo este desconocido alzando su mano. 

Ever, llena de inseguridades, tenía miedo de que fuera algún tipo de ladrón, no obstante, igual le iba a dar un voto de confianza. 

Fue una de las primeras impresiones que le dio este hombre porque tenía un bolso grande en su espalda como si hubiera llegado de viaje del extranjero porque era diferente a las personas que había conocido antes. 

—Soy Ever, aunque no importa el teléfono porque se cayó en el suelo camino al trabajo. Igual era un modelo viejo, por eso en cualquier momento se iba a dañar—fue la respuesta de Ever cuando este chico había quedado impresionado con el ingenio de Ever, esperando conocerla más junto a su amiga porque las había visto salir de una tienda. 

Luego, ella lo guardó en su teléfono para terminar de comprar su cena junto a las otras bebidas que iba a compartir con Atenea. 

A los pocos minutos cuando regresó con todo listo, se reunió con su amiga quién como siempre se estaba lamentando por su vida amorosa. 

—¡No tienes lo complicado que es vivir sola! Con todo el dinero que tengo puedes incluso comprar un avión presidencial—grito tan fuerte su amiga mientras seguía moviendo la botella estando recostando en la mesa. 

Ever consoló a su mejor amiga mientras seguía comiendo hasta que noto que el chico se le estaba acercando con un pañuelo blanco en sus manos porque era para limpiar las lágrimas de Atenea. 

Ambas se quedaron impresionadas por el gesto de Travis, quién después se sentó con ellas para seguir bebiendo con ellas y comentarles que era nuevo en Francia porque había venido desde lejos por un contrato de trabajo.

Esa misma noche, Gael estaba recostado en su cama, terminando de probar unos olores que nadie más había descubierto ese talento natural que había tenido desde que trabajaba con sus padres. 

—Esto debería servir para mañana—se dijo así mismo cuando terminaba de cerrar unas carpetas con las fórmulas químicas de los perfumes porque no quería que nada saliera mal hasta que vio el expediente de Ever.

De todas maneras, ahora que estaba de regreso aquí, lo primero que iba a hacer temprano era visitar la tienda donde estaba trabajando esta chica porque aún tenía el presentimiento por dentro de que la conocía en algún lado. 

Incluso cuando fue al apartamento donde vivía con sus familia, le hizo recordar cómo era la vida antes del accidente. 

—¿Entonces eso quiere decir que vas a trabajar conmigo en la empresa? Ever, cariño deberías alquilarle la terraza de tu casa porque nadie va a vivir ahí. 

—Sé que no tiene dinero para alquilar quedarse con un hotel, pero, si es un asesino en serie o alguien que tiene dobles intenciones conmigo—le susurro Ever a Atenea, quién le estaba apretando el cachete con sus manos a este chico de una forma graciosa. 

—Pues niña, me haré responsable de él además si te quiso ayudar con tu teléfono ¿Realmente no entiendo qué tiene de malo?

Ever supuso que no sería una mala idea porque además sería un ingreso extra para sus padres, así también lo podía tener vigilado si tenía malas intenciones. 

—Vale, vale. Tu ganas nada más porque eres mi mejor amiga. 

Al día siguiente, Leonardo estaba recogiendo a su hermano para irse directo a la empresa lo más rápido posible, por todas las juntas de trabajo que tenían pendientes. 

—Necesito ir a la tienda principal porque ayer descubrí algo raro en las cámaras de seguridad—le dijo este CEO lleno de seguridad porque quería descubrir donde faltaba una parte de las ganancias. 

Incluso le envió un mensaje a la gerente que estaba ahí para saber si sabía algo, no obstante, aun ni siquiera había visto el mensaje, algo que ponía de mal humor a este hombre porque siempre le gustaban las cosas rápidas. 

Con el poco tráfico que había en la autopista llegaron justo a tiempo cuando estaba abriendo para encontrarse con una gran sorpresa que jamás pensó encontrar aquí. 

—¿Por qué Ever tiene ese uniforme? Acaso no se supone debería estar en la recepción para la atención de los clientes porque sus ideas en la propuesta de perfumes han sido mejores que las mías—dijo Gael aún sentado en el carro con sus actitudes frías, a pesar de que estaba apretando sus puños. 

—Si tienes razón, por eso voy a hablar con Stella para saber qué sucedió porque recuerda que ella es la encargada de recursos humanos—fue la corta respuesta de su hermano porque no sabía qué otra cosa responder cuando tenía sus palabras. 

A pesar de las diferencias notables en su carácter, Gael se puso sus lentes de sol para bajarse del carro, esperando que su hermano hiciera entrar a razón a esa mujer porque ni siquiera entendía el motivo de sus acciones. 

Lo único que estaban de acuerdo los dos eran que jamás iban a aceptar una injusticia de los empleados ni mucho menos frente a sus propias narices. 

Cuando Gael estaba entrando a la tienda, se fijó que Ever se había movido para limpiar los muebles recibiendo las estrictas órdenes de la gerente, sin darse cuenta de su llegada. 

—Tienes que darte prisa porque otra vez tienes que volver a limpiar mi oficina antes del mediodía, para luego ocuparse de limpiar los vidrios porque con tu ayuda vamos a tener las mejores ventas del mes—luego de esas palabras, tiró un poco de su café en el piso a propósito para que Ever la limpiara enseguida. 

No obstante, en el momento cuando se volteo está mujer vio que Gael estaba con los brazos cruzados junto a su actitud molesta y fría. 

—Si le vuelves a hablar de está manera, tengo el poder en mis manos para despedirse porque puedes tratar a los empleados, pero, ni siquiera te molestas en responder los mensajes. Tampoco te estoy pidiendo una explicación porque lo importante es resolver el problema. 

Por su lado, Ever no necesitaba a nadie que la defendiera porque ella misma se podía encargar de sus propios asuntos. 

—Esta bien, como quieras—luego de las palabras de esa gerente, el resto de las chicas estaba observando lo que estaba sucediendo, pero, ellas se iban a poner de parte de la gerente porque no iban a permitir que Ever estuviera un día aquí en la tienda. 

Poco después, Ever termino de hacer sus ocupaciones, limpiandose un poco sus manos encima de su uniforme amarillo, observando desde la estandería de los perfumes como venían los clientes incluso los divesos olores hacían que el ambiente estuviera más animado, sin importarle los malos tratos de la gerente. 

Como si fuera una cenicienta moderna viviendo el sueño de que algun día su principe soñado viniera a rescatarlo. 

—¡Me estás queriendo decir que ella es la culpable! Porque como me estás diciendo es la única empleada que tienes para que se ocupe del dinero. 

Esas habían sido las palabras de Gael, totalmente molesto porque era inaceptable que no iba a permitir aquí en la tienda. 

—Por eso, no te respondí los mensajes porque quería terminar de reunir las pruebas en su contra porque ahora que va a ir presa, deberías mandarme algún pasante de la empresa para trabajar aquí—le dijo esta chica, intentando acercarse a Gael, sin embargo, este hombre lo rechazó en su cara. 

—No entiendo porque debería venir otra persona, cuando quiero que Ever se quede con ese puesto, pero, si dices una palabra de esto a alguien estás despedida—luego de eso, este hombre llamó a la policía para salir de la tienda. 

Nunca le molestaba si los demás le decían si era una persona completamente fría sin sentimientos, no obstante, a lo lejos veía como se acercaban los carros de la policía para llevarse a la culpable. 

De todas maneras, mientras llamaba a su hermano para irse de aquí, lejos de ahí por primera vez vio a Ever un poco contenta, reconociendo la primera vez que se conocieron. 

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