Los sobrevivientes se reunieron alrededor de Vinay, aún estaban recelosos, pero en ese momento no tenían más opciones.Vinay era un hombre grande y fornido que aún con todas sus heridas visibles era un hombre imponente, al ver su apariencia levemente desaliñada muchas personas pensaban que era un ignorante y un bruto, pero en estos momentos él estaba demostrando ser el más inteligente de todos.—Necesitamos neutralizar la sustancia, para ello todo aquel que pueda manipular la tierra...—Es muy fácil decirlo pero ¿cómo lo hacemos? —la persona que habló era un habitante de Vribet. —y ¿de dónde viene ese maldito olor? —movió su mano de lado a lado para ahuyentar el olor, al mismo tiempo que trataba de prenderla en fuego. Afortunadamente Vinay se dio cuenta a tiempo, golpeó la mano del chico antes de que cumpliera su cometido.«Estos idiotas»—¡Por nada del mundo usen fuego o nos matarán a todos! *Grrr*El rugido de la bestia sacudió el lugar, después de rugir una vez más la bestia una nu
La aparición de ambas bestias había producido varias bajas, los daños provocados eran numerosos, sin embargo, aún cuando para todos aquellos que lucharon parecieron haber pasados años, apenas había pasado cinco horas. —¿Dónde está la señorita Jean? —preguntó Vinay mientras se acercaba a la zona de los heridos, Vinay había estado en desacuerdo con el ataque, pero aquello que les habían ofrecido es algo realmente valioso. —Escapó —contesto uno de los reclutas más jóvenes de Deterra. —¿Escapó? —repitió Vinay totalmente desconcertado, él no conocía personalmente a Jean Gardner, pero su amor y devoción al rey Kerei y a Deterra era algo bien conocido. —¡Ella no escapó!, se que no lo haría, la señorita Jean nunca nos abandonaría —las últimas palabras fueron dichas entre leves gimoteos por una chica que se encontraba cubierta de polvo y sangre. «Malik estaba detrás de Jean, la querían viva, y ¿para que podrían querer al rey Kerei?, hay mucho que no sé » Las comunicaciones seguían cortada
En el mundo humano, Zander no se había enterado del ataque inicial a Deterra, mucho menos del ataque a Vribet, o lo ocurrido en su propio reino, el cual era un caos.En Khista los problemas también hicieron aparición, o mejor dicho desaparecieron, Puu, el fénix había desaparecido sin dejar rastro. Puu no se encontraba en ningún rincón del Inframundo, el mundo humano o el subespacio, simplemente no estaba en ningún lugar.Debido a la interferencia Yvon no había sido capaz de informarle nada a Zander, a diferencia de Vribet o Deterra en Khista no había existido una batalla y secuestro que explicará la desaparición de la bestia sagrada de ese reino.—¿Qué debemos hacer señor Yvon? —le dijo uno de los vigías que se supone cuidaban a Puu.—¿Ha habido algún cambio?—Todavía nada —habló una tercera voz.—Tengo un mal presentimiento de todo esto.Proclamar tener un mal presentimiento podría parecer jactancioso, pero Yvon siempre ha sido alguien que confiaba en sus instintos. La desaparición d
—Papá —gritó Francine una vez más, sin importarle mucho sus modales en ese momento. El alivió inundaba su cuerpo, había convencido a Lucien con facilidad o se había estado tratando de convencerse a si misma.A los pocos minutos de la entrada de Francine, llegaron Lucien y Adne. Lucien estaba claramente agitado, no podía decir ni una sola palabra debido a su respiración entrecortada.El ruido zumbaba en sus oídos, su visión se empañaba y su corazón empezaba a latir con más velocidad al ver a su padre, vivo y bien frente a él. Quiso correr y abrazarlo como lo había hecho Francine, pero esos ojos verdes tenían una extraña frialdad en ellos, pasaron de ser suaves y cálidos a fríos y duros, el contraste entre ambos hermanos era asombrosamente claro.—Estás aquí —fue todo lo que le dijo, antes de envolver a Francine entre sus brazos nuevamente, acariciando su espalda delicadamente sin dirigirle una segunda mirada a Lucien. —Sí padre.—Es sorprendente como un inepto como tú a logrados sobre
Lucien regresó justo a tiempo para ver el cariñoso abrazo entre padre e hija, siempre había sabido sobre la clara preferencia de su padre, pero saber que ni siquiera le importa su bienestar es más devastador de lo que había imaginado.—Padre.—Ya regresaste, al menos no eres tan inútil.—Padre yo...—No me importa, tengo cosas importantes que hacer.Francine se separó algunos pasos de su padre, se quedo callada y parada viendo a su padre marcharse sin decir nada más. El suave sonido de sus pasos era lo único que se podía oír en el sitio.Francine fijo su vista en su hermano, le coloco la mano sobre el hombro y luego se marchó no sin antes decirle.—Necesito hablar con Julián, nos vemos después.En la carpa solo quedaron Adne y Lucien en un incómodo silencio, que Lucien no tenía intención de romper y Adne no sabía como hacerlo.En poco tiempo la noche había caído, todos estaban ansiosos pero los preparativos estaban listos. —Hemos llegado a una conclusión.—¿Qué han decidido?—Nos uni
Cuando Grorus desató a sus fuerzas aéreas las manos restantes fueron sepultadas por escombros.Las fuerzas aliadas tenían su propio equipo de ataque aéreo, pero está estaba demostrando no ser lo suficientemente fuerte para poder retener con éxito al equipo contrario.Lejos del caos, el equipo B había entrado a la academia y se encontraba en la zona del patio central, debido a la lucha que se estaba desarrollando en la entrada de la muralla, el equipo B no había sido detectado. El equipo B se encontraba conformado por un número limitado de soldados de élite de los tres reinos, los cuales liderados por Adne y Lucien apenas llegaban a completar la docena.—Señor, el camino se encuentra despejado —La voz de un joven soldado de Vribet cuyo poder le permitía desplegar un circunscripción de un kil&o
La muerte de los soldados no tomo desprevenidos al grupo de Adne, pues ellos reconocían esos insectos, el enjambre se veía como una nube negra muy densa, aún así no emitía un solo zumbido.—Buen trabajo —fue todo lo que dijo Adne mientras se ponía de pie, a la par que trataba de quitarse el collar de restricción que aún estaba en su cuello, lamentablemente este poseía un encantó que lo hacía imposible. El collar quemaba contra su piel, pero no podía quitárselo, Adne ignoraba el dolor provocado por el collar, y siguió adelante, sin mirar atrás, confiaba que Lucien estaría bien, hasta ahora Byakon había demostrado querer mantenerlo con vida. Byakon evitaría matar a Lucien hasta conseguir lo que quería, mientras Lucien no dijera nada.Los pasos del grupo eran silenciosos, a pesar de no encontrar a nadie en su camino, mantuvieron su guardia alta y su discreción al máximo, un paso, dos y tres, a cada paso el collar parecía aumenta
Después de salir de ahí se dirigieron a las mazmorras, Argiris había dejado de convulsionar en cuanto le quitaron el collar y la tobillera, el collar había estado apretándose contra su cuello asfixiándolo, dejando claras marcas en su piel.Titus no quería separarse de su esposo, pero entendía que Argiris no estaba en condiciones para pelear, y que él y Louise eran los únicos combatientes del grupo. Así que sin más opciones, se separó de este, ubicándolo en el centro junto a Aysu, Argiris era capaz de mantenerse en pie por si mismo, y aunque al principio le costo un poco logró moverse sin dificultad, Titus se posicionó al frente y Louise al final del grupo.Los soldados que momentos antes había estado cerca de encontrarlos mientras peleaban con Publius había desaparecido, esto encendió las alarmas en sus cabezas, después de la muerte de Publius no habían encontrado a más soldados enemigos. —¿Escucharon eso? —preguntó Aysu.—¿Qué cosa? —respondieron con algunas variaciones los tres.—E