Simoursed había logrado movilizar a todas las tropas con rapidez, los pasos eran fuertes y pesados, pasos dignos de un ejercito de ese calibre. No había sido hasta que había notado algo extraño que se dio cuenta de error que había sido el dividir sus fuerzas de ataque. Simoursed lideraba el camino, a pesar de su baja estatura su espalda era amplia y llena de confianza.—Mi reina.—¿Qué ocurre?—La interferencia ha disminuido, aún no es posible mantener conversaciones largas, pero el contacto se ha restablecido.—¿Tienes algo más que decir?—El soldado de Khista a partido en este momento debe de haber llegado al frente. Mi reina...—¿Qué ocurre?—Un súbdito del rey Kerei a informado de la su secuestro y la desaparición de la bestia sagrada.Esa noticia la había tomado desprevenida, no solo era preocupante el secuestro de Kerei, la desaparición de al menos una bestia sagrada era alarmante, poco se sabía sobre ellas y su poder. Tenían que apresurarse para llegar donde se encontraba Zande
Lucien seguía inconsciente en medio de la antigua oficina de la directora, después del fallido interrogatorio había vuelto a caer desmayado a causa del dolor, pero aún en ese estado una pregunta rondaba por su cabeza. «¿Quién soy?»—Eres Lucien —le respondió una vocecilla en su cabeza.—¿Y eso que significa?—Puesss... que tú eres tú.—Xozzin, eso no responde mi pregunta. ¿Y donde has estado?—Estoy aquí.—Ya sé que estas aquí ahora, pero en donde estuviste antes. ¿Por qué me abandonaste?—Yo no te abandoné, tú me dijiste que me marchara.—Y tenías que irte, abandonarme como todos los demás.—Yo nunca te abandoné, yo siempre he estado contigo.—¡Mientes! Te fuiste, te fuiste y me dejaste solo —Lucien empezó a llorar, había estado engañándose a si mismo con la creencia de que no le importaba Xozzin, pero su partido había provocado una herida profunda que aún escocía en su interior. —Lucien... Yo siempre he estado contigo, incluso cuando tú no has podido verme.—Si es así ¿dónde has e
La fuerza del hombre era notable, que mezclada con su agilidad parecían abrumar a Byakon. Sin embargo, pasada la conmoción inicial Byakon volvió a tener ventaja, Byakon golpeo con fuerza mandándolo a volar varios metros.—¿Qué haces aquí? ¿Vinay?«Así que su nombre es Vinay»—Me alegra saber que recuerdas mi nombre —Vinay volvió a lanzarse al ataque, atrás de él, Francine se alejaba un par de metros de la zona del combate. —Entrégamelos —exigió una vez más.—Así que ya lo averiguaste —contestó Byakon luciendo una sonrisa burlesca y llena de dientes.—Maldito —Vinay atacó con una patada giratoria, la cual fue contrarrestada con un golpe de codo, haciendol&
—Que noble de tu parte, sacrificarte por alguien a quien quieres —Byakon mostró su asquerosa sonrisa una vez más, a la vez que volvía a apretar su agarre. ~Pluit ignem et quoniam diligimus~Francine había lanzado uno de sus hechizos más fuertes, con la esperanza de liberar a su padre, está acción había ocasionado que Byakon estuviese consiente de ella, recordaba algunos informes que había recibido, en los cuales se mencionaba una hermana, si aquel que estaba entre sus garras era el padre de su presa, esa muchachita debía ser su hermana.Sin pensarlo más, Byakon saltó para agarrar también a Francine. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido con el duque ahora todos podían ver sus intenciones y sin dudarlo protegieron a Francine, Byakon parecía haberse olvidado de los huevos dorados.Un paso, dos y tres, a cada paso se fueron alejando del círculo mágico, Byakon parecía estar metido dentro de su propio mundo con una fuerte visión de túnel, que le impedía ver el panorama general. A medid
Las alas de Byakon, eran tan grandes que no tenían igual, eran al menos el doble de su altura lo que le deban un gran alcance, adicional a eso sus plumas salían disparadas como filosas cuchillas que atravesaban el espacio con un zumbido. Sus garras se habían alargado utilizandolas para cortar todo a su paso.Byakon no quería soltar a Francine, afortunadamente para ella, Byakon no seguía aprisionando su cuello con fuerza, en cuanto Byakon dijo de apretarla Francine tomó tanto suerte como le fue posible, se quedo completamente quieta esperando.Nicol veía todo desde un costado, el último golpe de Byakon había lastimado su brazo derecho, el cual colgaba inerte, siendo sostenido por su brazo izquierdo, la sangre buscaba su camino hacia el suelo, cayendo en un fino hilo. Lucien estaba asustado, las cosas con cada segundo se iban complicando.—Acércate muchacho —Lucien se quedó estático en su lugar. —¡Acércate!Lucien se movió lentamente, tratando de ganar tiempo, sus pasos lentos le eran i
———Veinte años antes———En un día cálido y soleado un joven de unos veinticinco años caminaba despreocupadamente, por los caminos de un pequeño mercado, su cabello castaño era corto y sus ojos azules eran profundos.—Joven amo.—Guarda silencio, no queremos que alguien te oiga.—Si a... quise decir Andre, ¿a dónde nos dirigimos?—Qué importa, solo necesito despejarme un rato.Ambos jóvenes caminaban de lado a lado sin un rumbo fijo, disfrutando del pequeño festival del pueblo, estaban hasta el otro extremo de su lugar natal, la música era alegre y el clima soleado, perfecto para una cita, pero Sabine se había negado a ir a una cita con él.Andre siguió caminando tratando de ignorar todo su alrededor pero al mismo tiempo de ponerle atención. Unos pasos más atrás se encontraba su guardaespaldas de mayor confianza.Vagaron por todos lados hasta que oyeron una voz a lo lejos,
—Si campeón, yo soy tu madre.—¿co... cómo es posible?—Soy un eco del pasado, un mero recuerdo grabado en tu alma.—¿Me... me querías?—Te adoré desde el momento en que supe de tu existencia, mi hermoso bebé —la mujer tomó rápidamente su rostro, limpiando sus lágrimas mientras le dedicaba una suave sonrisa.—¿Qué fue lo que pasó?—Cariño no hay tiempo, tienes que despertar.—¿Despertar? ¿De qué hablas?—Mi vida recuerda siempre que yo te amo y cada segundo que pase a tu lado fue maravilloso, pero ahora tienes que irte.—¡Acabamos de conocernos! ¡No quiero irme! ¡Quiero estar a tu lado!—Recuerda así como yo te amo también hay más personas que lo hacen, no estás solo mi vida, no lo has estado y nunca lo estarás siempre cuidare de ti aún si no puedes verme.Mientras todo esto ocurría, en el mundo real el cuerpo inconsciente de Lucien estaba tirado a un costado. Byakon trataba de acercarse a él, pero todos se lo impedían, junto al cuerpo de Lucien se encontraba el de su padre.Lucien de
Kerei miraba tristemente a su discípula, no sabía que estaba haciendo ella aquí, pero tampoco parecía estar aquí por voluntad propia, los ojos de Jean estaban en blanco, su cabello tenía un tono rojo brillante que nunca antes había visto en ella. Esa no era la dulce niña que él había criado. La segunda banshee, ahora revelada como Jane, no reaccionó, se quedó quieta en su lugar, sin parpadear siquiera. Veía todo con una mirada vacía y distante, como si estuviera ahí y a la vez no. —¿Jean? —Kerei volvió a preguntar con un suave murmullo. «Por supuesto, la única que importa es Jean» —¿Puedes moverte? —¿Maestro? —Te pregunte si puedes moverte. —S... sí El suelo se movía bajo los pies de Byakon, aún así logro mantenerse erguido por pura fuerza de voluntad, no se iba a dejar humillar por Malik ni por Jean, no volvería a perder frente a ella. Con un nuevo brillo en sus salvajes ojos se irguió todo lo que le daba su columna, ya no tenía sus garras, colmillos o estatura, aún así trató