Pocas horas después de la discusión de Lucien y Adne el ambiente seguía pesado, ninguno decía nada pero era obvio que ninguno daría su brazo a torcer, y ¿por qué hacerlo, cuando estaban en lo correcto? — Adne revisa el perímetro —. — Sí mi Lord —. Le dijo esta en un tono tranquilo y respetuoso. Adne desapareció en cuestión de segundos, sin dejar huella alguna tras suyo. Adne regreso después de una media hora, nada pareció cambiar, las tensiones entre Lucien y ella seguían muy presentes, Adne les entregó un rápido informe, no parecía haber nadie cerca, pero no podían quedarse más tiempo, no querían tentar a la suerte. Tras las órdenes de Zander, todos se pusieron en marcha con Zander a la cabeza dirigiendo el camino, mientras Adne se quedaba al final para cubrir la retaguardia. Al paso del tiempo, la situación finalmente colmo la paciencia de Damián, el cual estaba completamente arto de toda la situación, y sin más le gritó a Lucien. — ¡Todo esto es tu culpa! —. — ¿Por qué es mi
Un paso, dos pasos, a cada paso un camino de escarcha se expandía por el suelo, al ritmo de los pasos de Zander, la furia fría de Zander era palpable, Louise iba unos pasos por detrás, lo miraba atentamente, sin desviar la mirada, al cabo de un tiempo, el cual para Louise se le hizo eterno, encontraron a Lucien y Damián en medio de un claro, ambos estaban cautivos por unas lianas que los mantenían atados, Adne, se encontraba peleando contra la encapuchada de blanco.Adne intenta esquivar los puñetazos de la encapuchada solo para ser interceptada por una patada que le dio en el vientre. Adne, la cual no se iba a dejar vencer, sujeto la pierna de su rival en un intento de inmovilizarla, mientras sujetaba a su contrincante dos de los encapuchados de negro arremetieron contra ella. Adne apenas logró esquivarlo.La encapuchada de negro y el último de los encapuchados fueron golpeados por unas raíces que salieron desde debajo de donde se encontraban parados, las raíces terminaban en afilada
Lucien había perdido demasiada sangre, estaba pálido como una hoja de papel y su respiración se iba entrecortando, pero seguía aferrándose a la consciencia negándose a caer. Levantó sus manos con toda la fuerza que le quedaba para conjurar el hechizo de las bolas de fuego.~Et devorabit omnia in vestri semita, flos phoenix~El hechizo fue dicho impecablemente, pero como era de esperarse, fallo.~Et devorabit omnia in vestri semita, flos phoenix~Lo intentó una vez más, pero obtuvo el mismo resultado. No funcionaba, sin importar cuantas veces lo intentará, aunque se suponía que era el hechizó más simple, y recordaba el paso a paso de como hacerlo, seguía sin poder hacerlo correctamente.«¿Por qué? ¿Por qué siempre yo? ¿Por qué soy tan inútil?»Los pensamientos de Lucien se arremolinaban en su cabeza, lágrimas de frustración recorrían sus mejillas, era tan inútil, todos sus esfuerzos eran en vano, su cuerpo se desplomó contra el suelo, cayendo de rodillas mientras tiraba de su cabello.
Lucien nuevamente estaba rodeado de oscuridad, pero a diferencia de la vez anterior, esta vez estaba seguro de estar despierto, y era capaz de oír a Zander hablando con Adne, la pesadez que sentía en los párpados le impedía abrirlos, haciendo de está una tarea titánica.Después de lo que para él fue una eternidad logró abrir los ojos, frente a él podía creer a Zander y Adne discutiendo, ver a Adne quien normalmente obedecía las órdenes de Zander son chistar, discutiendo con él era algo impensable.Y como era de esperarse al darse cuenta que estaba despierto Adne terminó su diatriba, mirándolo de soslayo. Lucien se sintió muy incómodo con la mirada que le lanzó Adne.No sabía que pensar, Adne no parecía ser una mala persona, solo, ella parecía tener una personalidad fuerte. Adne se quedó mirándolo, está vez sin disimular, tenía la mirada fija en él, y solo se detuvo cuando Zander se acercó a Lucien. Debido a que estaba tan concentrado en Adne, no había notado la figura encapuchada que
~ Auria jamás hubiese sido libre ~.Después de descubrir aquella desgarradora verdad, los ojos verdes de Lucien obtuvieron un brillo siniestro, el cual parecía no desaparecer, adicional a esto, sus colmillos se alargaron ligeramente, el cambio fue tan minúsculo que nadie lo noto, ni siquiera el mismo Lucien, lo único que este último era capaz de sentir era un intenso odio que nacía de lo más profundo de su corazón.Nadie se atrevía a hacer o decir nada, con la excepción de Adne, ella sin dudarlo dos veces se acercó a Lucien y golpeó la parte de atrás de su cabeza, como diciendo espabila estúpido, no era una acción gentil, pero cumplió con su cometido.Lucien salió de su letargo inducido por la ira, mientras está aún reverberaba en su interior, ahora estaba más decidido obtener venganza, su oscuridad interior era cada vez más fuerte haciendo que su núcleo reaccione.Antes de que la situación pudiese mejorar o empeorar Adne se lo llevó de ahí tirando de su mano, ella sabía que de seguir
Malik estaba parado frente a Byakon, sus ojos no eran visibles, pero era obvio que miraba atentamente a Byakon, sin desviar la mirada de él.Byakon no quería admitirlo, pero se sentía ligeramente intimidado, los Banshee eran conocidos como augurios de muerte, encontrarse con uno era una muerte segura, y hacerlo enojar era peor aún.Y junto a Malik se encontraba un Grimm, los Grimm eran bestias del tamaño de un león y la apariencia física de alguna clase de lobo, eran grandes, negros y de ojos brillantes, como dos fogones rojos, los cuales estaban enmarcados por una máscara de hueso que cubría todo su rostro, la lengua le colgaba por fuera del hocico, de la lengua caía una espesa baba negra, que al contacto con cualquier superficie desprendía un vapor repulsivo, de olor similar al de un cadáver en putrefacción.La escena era intimidante, con su sensibilidad auditiva, Malik era capaz de matarlo con rapidez, y sin dificultad. Era aterrador, pero al mismo tiempo era emocionante, tanto pod
Los pasos pesados de Lucien y Adne dejaban claras huellas en el césped. El anochecer había caído y con ello, llegaron las estrellas y la luna, el paisaje era simplemente hermoso, Lucien quien iba levemente por detrás de Adne era capaz de ver algo que no había pensado antes.— Qué hermosa es —. Al instante que ese pensamiento cruzo por su mente un sonrojo cubrió sus mejillas, por fortuna para él, Adne no se dio cuenta.Adne siguió avanzando hasta llegar al lugar donde estaban los demás, el lugar estaba en completo silencio, el cual solo era roto por el suave crepitar de las llamas de la fogata, Arrianus seguía atado, y apoyado contra un árbol un tanto alejado de los demás, que se aglomeraban cerca de la hoguera.— Que bueno que ya han vuelto —. Les dijo Louise con calma y una sonrisa tensa en los labios.
El silencio era intenso no había ni siquiera el vuelo de una mosca en el lugar. Ninguno de los dos quitaba la vista del otro, no sé movían, estaban tensos, el silencio fue roto por la llegada de los demás. — Buenos días directora —. Arrianus siempre había sido una persona seria y tranquila, alguien que no lo conociera diría que era indiferente a su entorno. — Buenos días con todos —. Detrás de Arrianus estaba Damián, el cual caminaba arrastrando los pies, y empujaba a todo aquel que se le atravesaba, la actitud de Damián era cada vez peor. Ignoró completamente a todos los presentes y se sentó a desayunar, aún sin hacer caso de lo que le decían. El siguiente en entrar y sentarse fue Zander, seguido de cerca por Adne, Adne parecía avergonzada de estar sentada en la misma mesa que Zander, Arrianus se sentó dejando dos sillas de distancia entre él y Lucien. Lucien comía en completo silencio, sus