Terminé accediendo a salir con él ese sábado. Y también nos vimos el domingo. Y el lunes Luan me llamó. Y también hablamos el martes... Y cuando me di cuenta, pasé más tiempo con él que con nadie. Poco a poco Luan ganó espacio en mi vida. Y este espacio me bastó para contarle sobre Chain y toda la situación por la que había pasado.

Luan era un hombre comprensivo, cariñoso y divertido. Pronto ya estaba visitando mi departamento y también se hizo amigo de Kátia, Luana y Luma.

El tiempo pasaba y Chain estaba cada vez más en el recuerdo, como un sueño, distante, volando como hojas arrastradas por el viento, en la playa. Cuando cerré los ojos, ya no sentí sus dedos sobre mi piel, ni el sabor de su boca.

Varias veces, durante el sexo, casi le pidió a Luan que fuera más duro, como lo hizo con Chain. Pero no tuve valor, porque con él no había la misma intimidad. Así como no pude quedarme a su lado cuando terminó el sexo, teniendo que bañarme inmediatamente. Si intentara tener sexo sin preserv