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La ducha fría de nada me sirvió porque solo salir y verla desnuda, era motivo de una erección segura, le provocaba darle unas cuantas nalgadas y morderse las también.

Haría lo que tenía ya bastate raro no hacía.

Se sentó frente a su cama y se agarró su miembro, estaba duro de solo verla, se empezó a masturbar viéndola imaginándote que se lo estaba haciendo como un desquiciado, tal como a ella le gustaba.

Un gruñido se le escapó, cerró los ojos un rato y echo su cabeza hacia el respaldo del sofá.

Así estuvo un rato queriendo liberarse de esa tensión que había acumulado.

Abrió los ojos de golpe cuando sintió una lamida en la punta de su miembro.

Era ella, se había despertado cuando lo escucho gruñir, ese sonido que era un afrodisíaco para ella la despertó, y lo que vio la excitó.

Virlo a él, con las piernas abiertas, sentado frente a su cama, masturbándose seguramente pensando en ella, era el detonante perfecto para bajarse de esa cama y probarlo.

Y eso hiso, sin pensarlo dos veces, una
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