Por Kelly

A la mañana siguiente me produje más al estilo Barbie que como ejecutiva.

Tampoco podía ser desubicada, solo quería molestarlo a él, no quedar como una tonta.

Me puse un short, corto, pero de vestir, que si uno no miraba bien parecía una pollera, con una casaca, sin mangas, que se abotonaba por delante, dejé varios botones desabrochados.

Mi atuendo era color rosa claro combinado con fucsia.

Mis sandalias eran de taco bastante alto.

Aparecí frente a él a las 8 y 30.

-Te dije que a las 8 teníamos que ir a recorrer el campo, al final terminamos yendo al laboratorio, sos caprichosa.

-No soy caprichosa.

-Hasta eso lo decís como una nena.

-¿Qué te pasa conmigo? Vivís agrediéndome.

Abrió la boca y la cerró sin decir nada, pero sentí que su mirada me quemaba por la intensidad que tenía.

Nos subimos en silencio a su camioneta.

-Necesito manejar, mi auto está guardado desde que llegué, por la tarde voy a ir al pueblo.

-¿Así vestida?

-¿Qué tengo?

-Estás...

No terminó la frase.

Llegamo