Por Kelly

Estoy con Rodolfo, en su habitación, haciendo el amor, creí que eso iba a ser imposible, creí que iba a morir en manos de Fernando y sus secuaces.

Rodolfo se hizo cargo de la situación, se portó como el hombre que yo soñaba tener a mi lado, mejor dicho, como el hombre que yo soñaba que fuera él.

Pasé mucho miedo y aun recuerdo las asquerosas manos de Fernando, tocándome, pero trato de apartar esos pensamientos de mi mente y quedarme con lo que Rodolfo me está demostrando en estos días.

Es compañero y como no estaba en plan de conquistarme ni de volverme loca con el deseo que solía demostrarme que sentía por mí, es que yo estaba mal y él se ubicó, pasamos horas, cientos de horas, charlando y conociéndonos.

Luego de los dos o tres días iniciales, volví a sentir su mirada de fuego, insolente, quemándome, pero sus palabras no eran sexuales... hasta que estuve mejor.

No entiendo como después de verme con la cara hinchada por el golpe, llena de sangre y con moretones en mi cuerpo,