Buenas les agradezco a los que leen mi obra , si hasta ahora les ha gustado mi obra podrían considerar votar , comentar y compartir la obra , en caso de que ninguno apoye la obra me conformó con que lean la obra con mucho gusto
Markus, estaba realmente enojado. Pues Karyun, suele meterse en problemas debido a su imprudencia.—¡Eres el emperador, deberías comportarte como tal! Mientras Markus, protestaba, por regresar rápidamente a la mansión, Karyun, estaba resignado a no regresar sin antes haber recorrido la ciudad. Aun cuando esté prometió no llame la atención, el solo verlo era suficiente. Cabello largo y plateado con ojos rojos. —¡Llamas, la atención aun si no quieres! Respondió Markus, agobiado. Este sonrió con sarcasmo y dijo—¿Estás elogiando mi belleza? Siendo su amigo más cercano, se acostumbró a soportar su arrogancia. Pero en ocasiones como estas le era imposible. ¡Dónde está la persona capaz de ponerte en tu lugar! ¡A ese pobre hombre le daría un título! —¡Empieza a preparar ese título! Lo creas o no, alguien me ha llamado idiota.—Respondió entre risas. Markus, se asombró ¿Qué pobre alma se atrevió a llamarlo idiota?. ¡Quisiera conocerlo! Nos llevaríamos bien. Expreso con sarcasmo. Se dice que
Su identidad había sido descubierta. Intentando no llamar aún más la atención, detuvo a todos para que no se inclinaran delante de él. —¡No es necesario tantas formalidades en público! Con ojos afilados volvió a mirar hacia Aron. ¿Por qué está aquí el marqués de lower? No esperaba toparme con usted. —¡Acompañamos a las señoritas hacia el estanque de peces!—Expreso con amabilidad la pequeña alisa. —¿Tú debes ser la pequeña princesa del marquesado lower?—Pregunto Karyun, al ver a la tierna niña. La tomo por sus pequeñas caderas hasta alzarla en brazos. Su peso no era muy diferente al de Miles. Dándole una sonrisa divina, agradeció conocerla. ¡Es un placer conocerla alisa lower! Karyun tenía debilidad por los niños, aún más por las niñas. Sonrojada de pies a cabeza pregunto. ¿Es usted el emperador? Confirmando la pregunta expuso ser el emperador. ¿Puedes guardar el secreto por nosotros?—Expreso, Markus, a la adorable niña. Viendo qué lisa parecía no creer la información dada, Markus, v
Habiendo terminado un tema incómodo, la siguiente conversación era igual o aún más incómoda para ella.—¿Escuché que tienes un hijo de dos años?—Pregunto ansiosa. No era muy conveniente para ella tocar un tema muy delicado. Pero necesitaba sacar algunas dudas que tenía. Su hijo poseía la misma edad de su difunta hija. El shock de haber durado un año y medio encerrada para después darse por enterada que su amado poseía un hijo de la misma edad que su hija fue impactante.Ignorante de todos sus sentimientos, confirmo con ojos llenos de alegría y calidez. Era Miles la luz de sus ojos. El dolor en su pecho de ver con cuánta alegría confirmaba la vida de su único hijo fue igual a estar en llamas. Las ganas de reír e incluso de llorar fueron robadas de sus ojos y labios. Durante lo que queda del camino, el silencio y la incomodidad les impidieron entablar otra conversación. Una vez llegaron el asombro fue más grande de lo esperado. El estanque era hermosamente grande y sus aguas eran de un c
Después de pasar por altibajos debían admitir que pasaron una noche inesperadamente alegre y llena de sorpresas. Sin embargo, era hora de retirarse. La noche estaba por convertirse en día y para su mala suerte todos tenían una agenda muy ocupada por la mañana siguiente. Estando de noche y en un lugar desconocido, los hombres presentes se ofrecieron a acompañarlas hasta la entrada. Siendo parte de su grupo era su responsabilidad asegurarse que todas estuvieran a salvo, viendo que ninguna de las cuatro habían regresado a altas horas de la madrugada, Seika, salió hasta la entrada para poder esperarlas.—¿Por qué demoraron demasiado?—Expreso al verlas llegar. Todas se disculparon por no haberse percatado de la hora. A pesar de todo, se sintió relajada por verlas sanas y Salvo.Habiendo aclarado el malentendido, era imposible no notar a los tres hombres jóvenes y guapos que estaban acompañando a sus chicas. Sin embargo, más que estar enojada, se sorprendió, pues, conocía y muy a dos de ell
Desde un principio fue idea de Karyun, reclutar a Rion. Normalmente, Markus, rechaza las ideas que le parecen fuera de contexto. Sin embargo, al igual que su amigo este tenía fe, en el potencial que este presentaba.—¿Cómo te fue con él?—Pregunto Karyun. Aun cuando Rion, no había aceptado la oferta, ya la semilla había Sido plantada, solo faltaba su aceptación. Ninguno estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad de reclutar a alguien tan talentoso como Rion. Ante la situación solo quedaba una duda.—¿Intentas usar a Rion, para convencer a la chica?—Pregunto, Markus, a la defensiva.—¿Por qué piensas eso? No intento convencer a nadie.—Fue su respuesta. Markus, solo esperaba que sus palabras fueran ciertas, no era necesario conocerla para darse cuenta de que no encaja tras los muros del palacio. Escuchando las palabras de su amigo, se cuestionó a sí mismo. No deseaba llevarla al palacio, pero tampoco deseaba alejarla de él. ¿Qué podría hacer? La chica que tanta codicia le producía pron
Al escuchar las palabras de Rion, no pudo contener su estrés acumulado. Desde que partió de la capital se sentía estresada a tal grado de querer solo escapar de la situación. Aun cuando la persona en cuestión era su amigo, no podía dejar de sentirse constantemente cerca de la guillotina. Rión, suspiro al ver que está no parecía entrar en contexto. —¡No intento presionarte! Si no deseas hablar del tema, no insistiré.—Expreso tratando de relajar el ambiente. Ya era demasiado tarde para olvidar el tema. Después de ser atacada bruscamente por tantas preguntas, negarse a hablar, solo confirmaría todo. Esta vez mentir no era una opción. Rión, estaba por trabajar junto a Karyun, si ella confirmaba todo estaría poniendo entre la cuerda floja a su amigo. Los votos de confianza son el más grande honor que un guardia imperial pueda tener. Al ocultar toda la verdad estaría fallando a sus votos como guardia imperial. Ante todo esto decidió intentar persuadir el tema lo más que pudiera. —¿Por qué
Para su suerte casi todo estaba listo para partir a vengermen, terminando de organizar lo poco que faltaba, tuvo una visita inesperada.—¿Pensé que no vendrías? Expreso, Seika, al ver a Yui, entrar por la puerta. Después de tanto analizar su situación está, estaba dispuesta a partir junto a Seika. —¡Toma asiento!—dijo antes de empezar su negociación.—¡Me agradas, eres directa y confiada! Pero… —¡Me gusta que cada quien sepa su lugar! Eres una mujer más. ¡No eres una princesa, tampoco una noble, no esperes ser tratada con respeto, el respeto se gana! Antes sus palabras, Yui, solo pudo escuchar, por más enojo que sintiera, debía soportar ser criticada. —¡Mientras yo sea la encargada de Hywaryun, no permitiré caprichos, mucho menos faltas de respeto!Mordió sus labios controlando su carácter, solo pudo asentir prometiendo no causar problemas. No era tonta, ser inteligente es tener poder. Seika, prometió ayudarla a escalar hasta el palacio imperial, solo debía obedecer sus órdenes sin pr
Ya era de noche cuando todos los preparativos estaban listos para partir. Teniendo solo un par de horas, todas subieron con la intención de descansar antes del viaje.Viendo el rostro lleno de preguntas de sus amigas, pregunto—¿Qué estaba pasando?—Ansiosamente, esperaban que esta les contará sobre el misterio entre ella y el emperador. Rápidamente, evadió la pregunta saliendo del dormitorio. Tomo una ducha para descansar cómodamente, el viaje a vengermen, será largo y sin descanso. De regreso a su dormitorio por respeto, pidió no tocar el tema de Karyun. Su intención era no perturbar su mente con tanta complejidad. Ya era suficiente con todo lo sucedido durante el día. No tenía deseo de escuchar otro interrogatorio sobre él. Siendo Karyun, la única persona capaz de perturbar su mente y corazón, lo mejor era olvidar todo lo sucedido, pronto todo tendría su fin. En esta vida nada es bueno y nada es tan malo. A veces lo bueno te hace daño y lo malo te hace un bien. Solo tenía que darle