Hana salió de aquel edificio sintiendo que su mundo de sueños ahora si había llegado a su final, estaba tan sumergida en su dolor que cruzo la calle de manera imprudente, escucho un claxon de un auto y alguien la tomaba y la llevaba de vuelta a la acera, mientras el auto que paso y la hubiera atropellado paso diciéndole unos improperios.

No lo podía acusar, ella fue quien actuó imprudentemente y pudo haber muerto y el conductor sufrir cargos legales.

Al girar se encontró con unos ojos azules que le miraban con la misma ternura y amor de siempre

—Era Vincent

Hana que te pasa- le pregunto de inmediato al ver su estado, se notaba había llorado.

Como ella no respondía y le costaba salir de su shock, el la tomo del brazo y decidió.

—Ven te llevare a tu apartamento.

Hana no puso objeción y se montó en el auto y el cam