Mía no puede creer que eso sea cierto, sin embargo esas palabras le dolieron, no quiere ni imaginarse de que Liam realmente allá estado con ella, porque no entiende, ¿Cómo es que Rebeca tiene sentimientos hacia su Alfa? Y porque a pesar de ver qué está con otra, que le hizo hijos a otra, y que le dió poder a otra, osea a Mía, aún sigue encaprichada con Liam, y no borra esos pensamientos de un amor no correspondido.—¡No puedes decir eso!— dice Mía —pero no importa, no voy a descansar hasta que seas libre de la maldición, me marchó— Mía le da la espalda, pero realmente es porque no quiere que Rebeca y Liam la vean llorar por un tema tan delicadoAunque él Alfa sabe que no fue bueno decir tal cosa, fue lo único que sirvió para que Mía deseará irse por su propia cuenta.Mía sube al carruaje y fue justamente cuando las lágrimas se hicieron presentes.Mientras que Rebeca mira a su rey con intriga, pero él la mira con desdén y luego, lo que hace es marcharse, corriendo a zancadas, alejándos
—no hay nadie que pueda liberarte, además, no lo veas cómo si fuera lo peor del mundo, vas a vivir bien—no estoy de acuerdo con los matrimonios forzados, he conocido sobre ese tipo de relación que a la final no trae nada bueno —no es forzado, tú eres mi destino— se aleja y Leticia lo observa con mucha atención —¿Se supone que debe ser de tu raza? Siento que te estás burlando de mí—¡No es así!— dijo con firmeza y luego hace una mueca de disgusto—¡No puedo casarme! ¡No te amo!— Leticia es sincera—no me importa, dijiste que me entregabas tu alma, deje libre a tus amigos, ahora no te retractes de lo dicho, de aquí no saldrás nunca, voy a anunciar vuestro matrimonio—¡Espera…!— Leticia se coloca de pie, al ver que él abre su arma y busca una vestimenta más cómoda —¿Ahora qué quiere?—no me obligues a casarme, lo mejor es conocernos un poco, es mejor que las cosas fluyan, tú no me conoces…—te conozco como la palma de mi mano— elige la vestimenta —tú color favorito es el violeta, des
Rebeca se siente indignada, y quiere saber lo que Mía tiene en mente, por esa razón, está escuchando la conversación a escondidas, pues ella creé que tiene derecho a saber lo que sucede con el ROGUE.—¿Y si no funciona?— pregunta Mía —no quiero ser pesimista, pero siento que… no dará resultado—¿Querida de qué otra forma puedes darle una muestra de amor a Liam? Tú sangre puede salvarlo, porque tú lo amas realmente— Debora tampoco está segura, pero quiere ser positiva—la patriarca tiene razón reina Mía. Ambos se aman y quizás con ese amor que se tienen, tu sangre será la que pueda purificar y sanar a nuestro rey. Pero hay un detalle, el rey no quiere hacerle daño, usted misma se tendría que cortar, y ofrecer su sangre— informa Beta —la cuestión es, que mi nieto a pesar de perder la cabeza, huye para no lastimar a Mía, eso sería un trabajo con todos— agrega Debora—quiero que le digas a los Rogues más entrenados, menos a Rebeca— ordena MíaCómo ordené reina, Mía, ¿Le parece si armó un
La Rogue se arrepiente de haber buscado a Liam, las cosas no le resultaron, ahora puede morir.Está sumergida en el lago, intenta aguantar la respiración mientras Liam observa si hay algún movimiento sobre las aguas.El Rogue al no ver nada, se concentra en el leopardo y se sigue alimentando por lo que Rebeca no pudo aguantar más la respiración y sale a superficie, al tener clara su visión observa a Liam saciarse de sangre, ahora ella lo único que quiere es huir, así que empieza a nadar al otro extremo del lago y Liam la voltea a mirar.Afortunadamente como la sangre de ella se mezcló con el agua no tuvo mayor atención para Liam, porque si no la hubiera buscado para beber su sangre, Incluso la hubiera matado.Rebeca sale del lago y está agitada por nadar, al mirar atrás y ver que Liam ni siquiera la determinó, la hace sentirse más enojada, pero realmente debería agradecer que él lo que hizo fue salvarla de sus garras al lanzarla al lago..Leticia no puede dormir. El príncipe Andreu n
—calma— Andreu intenta tomarla de la mano, pero Leticia no sé lo permite—querida, no dolerá. Es como una inyección que succiona tu sangre, serás parte de esta familia, es un deber, yo lo hice y estoy viva, no tengas miedo—Perdonen mi actitud. Pero Andreu no me platico de esto, además, él y yo no nos amamos, quizás esto no funcione, estoy aquí encontrá de mi voluntadEl padre de Andreu golpea la mesa con fuerza, asustando a Leticia.—es un deber, tendrás un buen esposo, te estamos tratando bien, no puedes elegir, no hay opción, mañana mismo te casas con mi hijo. Él te escogió y nosotros como padres respetamos su decisión, así que no puedes abandonar este reino, toma asiento, y vamos a cenar Leticia niega con la cabeza, está enfurecida, lo que más odia en la vida es ser tratada como si sus sentimientos no importaran.Ella sale corriendo, necesita aire fresco.—no debiste hablarle así padre— Andreu se coloca de pie —cariño la asustaste, debemos tenerle paciencia, sabes lo berrinches
—¡No puedes hacer eso!— proclama Rebeca, y siente su sangre hervir—Beta, sácala de aquí, y por su falta de respeto, quiero que no permitas que se lleve sus cosas, quiero que se vaya con las manos vacías— ordena Mía sin dejar de mirarla —sí reina, Mía— dijo Beta y siente algo de lástima por Rebeca, porque de igual forma la ama pero ella se lo merece eso y mucho más —¡No! ¡De aquí nadie me saca! El único que puede echarme es el rey ¡No, tú!— la señala Mía se acerca firmemente y la abofetea. —¡No te permito que me alces la voz! La reina soy yo, la reina manda, además, Liam, hace todo lo que yo le pida, porque me ama, porque se muere por mí, si le digo que te mate, capaz y lo hace por mí—¡Mientes!— Rebeca está enfurecida, literal está que ataca a Mía, la está mirando con mucho odio mientras que Beta, está atento a los movimientos de Rebeca, la conoce y sabe que ella no piensa para actuar a la hora de defensa, que es una mujer con armas, guerrera y eficaz para la pelea —¡Lo que pasa es
Mía está retomando el aire, controlando su temperamento, sabiendo que fue muy dura con Rebeca, pero ella se lo merecía.—¿Puedo pasar reina, Mía?— pregunta Beta, está cabizbajo—adelante— Mía alza su mentón y trata de mostrar un temple tranquilo en su rostro—su orden ya está hecha reina Mía —Fui muy dura, ¿Cierto?—no se sienta culpable, debía hacerlo, no es bueno que vivieras con el enemigo cerca. Jamás terminamos de conocer a las personas, siendo sincero no me imaginé que Rebeca tuviera tales pensamientos malévolos—esto es muy difícil…— susurra Mía —sé que nuestro rey se va a recuperar, y cuando eso pase y él sea informado de lo que sucedió, la amará más —¿Por qué dices eso Beta?—bueno… a los hombres nos gusta que nuestra mujer saque sus garras, que proteja lo que es suyo, y sé que se pondrá feliz— responde y Mía se sonroja —gracias Beta, eres un fiel amigo de mi rey, por eso, el te aprecia tanto, pediré a diosa luna que envié una mujer maravillosa para tí—Es usted muy amabl
—¡Usted!— lo señala MíaLa cual inmediatamente agarra a Leticia de la mano para protegerla.—¡No eres bienvenido en mi reino! ¿Por qué lo dejaste entrar, Beta?— Mía se molesta —reina Mía, puedo explicar—¿Explicar que? No ves que ese vampiro— lo señala —nos trato mal y de paso se quedó con LeticiaBeta le iba a explicar pero Leticia lo interrumpe. —yo se lo pedí, por favor no te enojes —¿Tú? Pero… ¿Por qué, Leticia? ¿Acaso ese vampiro te hizo un hechizo?— la mira fijamente a los ojos a ver si hay algo diferente en ella, puedo lo único que puede contemplar son sus ojos radiantes de felicidad—Mía…— le acaricia el rostro —estoy bien, el príncipe no me lastimo, solo quiere hacerme feliz, nos vamos a casar y quiero invitarte, me harías muy feliz que puedas asistir— Mía está estupefacta, por poco y los ojos se le salen de las cuencas, no lo puede creer Así que aleja a Leticia un poco para hablar más en privado. —¿Leti, te está obligando? Tan solo dímelo, estamos con los Rogues y él está