Capítulo3925
En cuanto terminó de hablar, sin importar lo mucho que Quintilo intentara detenerlo con desesperación, Nahuel empuñó su daga curva y se lanzó directo hacia Fane.

Las cuatro espadas del alma seguían flotando en el aire, esperando ese momento. Fane soltó una ligera risa y, con la mano derecha, empujó hacia adelante. Una de las espadas del alma se estrelló contra la daga curva con un estruendoso sonido de choque.

Nahuel fue lanzado por los aires, sintiendo como si su cuerpo hubiera chocado contra una pared. Esa pared no solo lo detuvo, sino que tenía una gran fuerza de retroceso que lo empujó en la dirección contraria.

Luego, una extraña energía grisácea y negra subió por su daga y empezó a recorrer su cuerpo. En el instante en que tocó su piel, esa energía se infiltró en su cuerpo de forma instantánea. El dolor intenso lo hizo gritar en el aire, y debido a lo fuerte del sufrimiento, su cuerpo comenzó a retorcerse mientras aún estaba en el aire.

Cuando cayó al suelo, siguió rodando si
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