La bestia de Plumas Púrpuras lanzó dos chillidos agudos más, y las plumas violeta que cubrían su cuerpo comenzaron a arder con llamas de un tenue color púrpura. Con un par de silbidos agudos, tres plumas encendidas salieron disparadas hacia la multitud como proyectiles. Era solo un ataque de prueba.

Dominic entrecerró los ojos ligeramente, y en su mente, todo a su alrededor pareció detenerse. En su visión, lo único que existía eran las plumas ardientes que se acercaban a toda velocidad. Una sonrisa confiada apareció en la comisura de sus labios.

Bajo la mirada expectante de todos, él flexionó las piernas con fuerza y se lanzó hacia las plumas como un proyectil humano. La escena dejó a los espectadores boquiabiertos, y un murmullo de asombro recorrió las gradas.

—¡No puede ser! ¡Se lanzó directamente hacia las plumas ardientes! ¡Esto es lo que marca la diferencia! En las rondas anteriores, incluso los más fuertes preferían conservar energía. Esquivaban el ataque inicial o, como mucho,