—Así es. Si todos ustedes pudieran practicar técnicas de combate de bajo nivel celestial, naturalmente no tendríamos argumentos y nos rendiríamos. Pero ustedes no lo hacen. Reconozco que entre ustedes hay personas de gran habilidad, pero eso se debe simplemente a su gran número de personas y siempre hay algunos destacados.

—Pero no piensen que por eso conocen bien nuestro continente Aureus. ¡No se atrevan a desafiar a los discípulos herederos de nuestras sectas den nivel!

Esa declaración hizo que la atmósfera, que acababa de enfriarse, explotara nuevamente. Después de todo, no se soportaban mutuamente y, además, ambos lados habían hablado de manera insultante. Una pelea era inevitable. Fane, una vez más, se frotó la oreja con resignación. No quería involucrarse en esa disputa porque no tenía sentido alguno.

Pero el hecho de que no quisiera pelear no significaba que no se convirtiera en blanco de la confrontación. Algunas personas, para salvar la reputación del continente Aureus, dirigi