Ya que era así, sería mejor terminar rápido y poner fin al sufrimiento. El simple pensamiento de que todo esto era debido a Fane hacía que el fuego de la ira ardiera en el corazón de Lucas. Aunque sabía que en momentos como ese no debería provocar a Benedicto, no podía evitarlo.

Lucas se volvió con furia y dijo: —Si hay alguien entre las diez personas que sea el más cruel, ¡ese es Fane sin duda! No solo es cruel, ¡sino que también es astuto y despreciable! ¡Se aprovecha de su talento y fuerza para hacer lo que le plazca! ¿Acaso no teme la retribución divina?

Mientras decía esas palabras, el pecho de Lucas subía y bajaba, y la ira había consumido por completo su cordura. Benedicto arqueó las cejas con sorpresa, sin esperar que Lucas se atreviera a decir algo así.

Pensó que después de su advertencia anterior, ese chico debería haber aprendido a contenerse. Pero había sobreestimado a esos discípulos de las sectas de alto nivel. ¿Qué tan altamente se valoran a sí mismos en realidad?

Benedi