Esa era una playa poco profunda pavimentada con guijarros, y Paco Linares avanzaba pisando los guijarros de manera irregular. Con cada paso, él deseaba poder menear la cabeza para observar su entorno, incluso la brisa ligera era suficiente para hacer que se detuviera.

Siendo un asesino, su percepción era más aguda que la de otros guerreros, pero aún así no se sentía seguro. Solo una persona podía salir con vida del espacio dimensional al que estaba ingresando. Aunque confiaba en su habilidad, no llegaba al punto de tener una confianza ciega.

Frente a oponentes poderosos como Pablo, no sería rival en un enfrentamiento directo. Por lo tanto, Paco planeaba ganar mediante estrategia. Antes de entrar en el espacio dimensional, ya había elaborado un plan preliminar.

Si no ocurría ningún contratiempo, definitivamente lograría la victoria final. Además de obtener la medalla de bronce, también podría obtener tesoros celestiales. Indiferente a personas como Pablo o Rafael, todos serían almas per