¿Acaso él pensaba que tenía una suerte desbordante, que podía señalar al azar y elegir al más débil en términos de poder? A Fane no le importaba lo que pensaban los demás a su alrededor, él tenía su propio juicio.

El administrador a su lado permanecía imperturbable, como si lo que sucediera a su alrededor no tuviera ninguna relación con él. Cuando Fane señaló al Perro Rupto, las sombras de las otras cuatro bestias místicas se transformaron instantáneamente en energía e ingresaron en la sombra del Perro Rupto.

Después de dos respiraciones, la sombra del Perro Rupto se volvió más sólida. Un rugido de lobo resonó en todo el campo de batalla, y al instante, el Perro Rupto descendió lentamente en el aire. Fane estaba en el sur, y el Perro Rupto estaba en el norte. El hombre y la bestia ocupaban posiciones opuestas en la arena, mirándose desde lejos.

El Perro Rupto enseñó sus afilados colmillos, sus ojos escarlata miraron malévolamente a Fane, como si estuviera a punto de desgarrar su cuello