"A partir de hoy, cada vez que los Nueve Grandes Dioses de la Guerra, el Señor y la Señora Woods, así como su familia, vengan a nuestro hotel, ¡será gratis!".

El dueño del hotel sonrió levemente y anunció los beneficios.

“¡Guau, eso es fantástico! Querido, ¡podemos venir aquí a menudo a comer gratis!”.

Fiona apenas pudo disimular su alegría y prácticamente le gritó a Andrew en el oído.

El rostro de Andrew se ensombreció en respuesta. “¿De verdad vas a venir a menudo? Está bien si vienes de vez en cuando, pero si lo haces a menudo, ¿no te sentirás avergonzada? Además, el dinero que los Nueve Grandes Dioses de la Guerra le han dado hoy a Selena ya es de nueve mil millones de dólares y, con el resto dado por otros, obtendremos alrededor de diez mil millones, ¿verdad? ¿Tenemos tanto dinero ahora que no puedes permitirte pagar una comida?”.

Solo entonces Fiona se dio cuenta de que ella y su familia ahora eran lo suficientemente ricos. No había necesidad de aprovechar ese beneficio