La Señorita Tanya no le dio a Fane un pago adelantado, y sin embargo, se gastó noventa y cinco millones de dólares en esa mansión.

Esto significaba que el dinero le pertenecía a esa rica dama.

Ella supuso que la mansión fue comprada por la rica dama, y cada vez que ambos estuvieran libres en el futuro, allí irían para sus citas.

Se puso increíblemente furiosa cuando pensó en cómo había permitido que Fane la abrazara toda la noche anterior.

Sin embargo, no tardó en calmarse. Fingió que no había pasado nada cuando regresó a su oficina, hasta que terminó con el trabajo del día. Condujo a casa como de costumbre.

Después de que Fane y Lana almorzaron, inmediatamente fueron a comprar muebles.

Lana se fue después de que terminaron de elegir los muebles adecuados. Fane, por otro lado, siguió al personal de entrega de regreso a la mansión y cambió los muebles del dueño anterior que no quería.

Después de que terminaron, se dio cuenta de que el ambiente general del lugar se sentía aún más