Ivan estaba enojado. No habría pensado que Cecilia se burlaría de él sin ningún respeto. ¡Qué mocosa!

“¿No puedes aceptar una broma?”. Él la fulminó con la mirada.

“¿Lo es? Eres el joven Amo de la familia Taylor. Una identidad tan prestigiosa… ¿Cómo puedes bromear sobre algo así? Te aconsejo humildemente que no hagas esa broma la próxima vez”, se burló Cecilia.

Ella estaba saliendo con un joven Amo de una familia aristocrática de segunda clase. Pronto, podría casarse con él y ser una señora rica. Para entonces, Ivan sería pan comido y ella no tendría que trabajar con él. Ella estaba eufórica al pensar en esto.

Ivan, por otro lado, ¡quería golpear a Cecilia!

De repente, el viejo Amo habló: “Yo digo, chicos, cuiden su boca antes de asegurarnos del contrato”. Él hizo una pausa un poco antes de continuar: “Selena es alguien que honrará sus palabras. Ella no se acobardaría simplemente. Debe haber una razón válida por la que ella no lo logró”.

Hablando del rey de roma, sonó el teléfon