Fane se dio la vuelta y se enfrentó a los guerreros errantes presentes. Levantó ligeramente la barbilla y dijo en voz alta:

—Todos, mantengan la calma. Entiendo sus preocupaciones, por lo que lideraré el camino al entrar en la Ciudad Xochimilco. ¡Solo necesitan seguirme! Pero hay una condición que deben escuchar con atención: si ocurre algo inesperado y deciden huir, me convertiré en su enemigo. Siempre cumplo mis promesas, ¡así que les pido que tomen mis palabras en serio!

Después de decir estas palabras, Fane se dio la vuelta y caminó hacia la puerta principal de la Ciudad Xochimilco. Después de escuchar esto, todos los presentes sintieron un escalofrío en el corazón. Nadie dudaría de la veracidad de las palabras de Fane.

Las personas talentosas como Fane siempre cumplían sus palabras, y todos intercambiaron miradas que reflejaban una complejidad que podían ver en los ojos del otro. Sin embargo, en ese momento, no se atrevieron a discutir más.

Viendo a Fane entrar audazmente en la C