Él sabía por qué Fane lo miraba. Después de todo el escarnio que había soportado, sin darse cuenta, había desviado la atención de todos hacia sí mismo, lo que permitió que Fane se aprovechara de esa oportunidad y obtuviera una gran ventaja. Cuanto más pensaba en ello, más se sentía frustrado.

Sin embargo, en este momento, no podía decir nada y tampoco se atrevía a decir cosas desagradables como solía hacer antes. Después de todo, él era muy consciente del talento de Fane tanto en las artes marciales como en la alquimia. Fane siempre lo superaba en ambos aspectos.

El hombre de la túnica verde apretó los labios, mostrando un atisbo de ira en sus ojos mientras miraba a Fane. Sin embargo, no podían hacer nada al respecto; si alguien estaba a punto de reclamar la misión, eso era mérito de esa persona y no había nada que pudieran decir al respecto.

El hombre de la túnica verde se culpaba a sí mismo por haber puesto toda su atención en ese "payaso" que saltaba y divertía a la multitud. Cuanto