Pero en ese momento, ninguno de los dos sabía qué decir. Después de todo, la atención no estaba centrada en Fane Woods. Cuando el decano Godfrey vio que Fane Woods se escondía detrás de él, quedó completamente sorprendido. ¿Acaso había ocurrido algo?

Sin poder evitarlo, bajó la voz y preguntó:

—¿Ha ocurrido algo?

Fane Woods sabía que no podía ocultar este asunto, así que asintió con la cabeza y dijo:

—Por favor, no preguntes por ahora. Lo sabrás pronto.

Al escuchar las palabras de Fane Woods, el decano Godfrey se sintió aún más intrigado, pero decidió no hacer más preguntas. Mientras tanto, Landolfo Wolff, quien aún estaba siendo agarrado por el cuello, empezó a tener dificultades para respirar.

Sintiendo que era necesario aclarar las cosas de inmediato, temiendo que Hernando Guardis le aplastaran la garganta en el acto, Landolfo Wolff extendió su dedo y señaló la cima de la pendiente del vacío divino.

—La última batalla fue entre los dos más poderosos entre nosotros. El Hermano Mayo