Los primeros en la fila eran todos muy familiares para ellos: Fane Woods, Graham Eliot y Benicio Goncalez, de pie frente a ellos, con una postura erguida. La expresión de Fane Woods era bastante relajada, mientras los observaba con una mirada despreocupada.

Sin embargo, los ojos de Graham Eliot y Benicio Goncalez mostraban un destello de ira. Esta escena dejó al hombre de la máscara completamente atónito, y no solo a él, sino también a los demás, que se quedaron igualmente sorprendidos.

Hace un momento, estaban presumiendo de que seguramente estos tipos todavía estaban dando vueltas por la periferia, ¡pero en un abrir y cerrar de ojos, estas personas aparecieron justo delante de ellos!

La comisura de la boca de Pacífico Zaragoza se tensó, su voz temblaba:

—¿Cómo es posible? ¡Cómo pueden estar aquí! Se suponía que debían estar en la periferia.

Con tantas personas muertas, no era posible que no lo supieran. Si se reuniera, definitivamente tomaría mucho tiempo, y además, si quisieran lle