El ganador de la batalla era obvio, pero este resultado era inaceptable para todos los presentes. Nadie pensó que Oliver sería derrotado por Fane. Desde el principio, todos pensaron que Oliver podría derrotar a Fane en un movimiento o tres como máximo.

Sin embargo, resultó ser una batalla larga y prolongada. Oliver no era rival para Fane ni siquiera después de lanzar su ataque más fuerte. Había perdido por completo y estaba gravemente herido.

Seguía gritando y llorando en el suelo. No hacía falta ser muy listo para imaginarse cuánto dolor estaba sintiendo, pues ¿qué artista marcial estaría dispuesto a derramar lágrimas delante de los demás? Su orgullo nunca les permitiría hacer algo así.

“¡Fane es demasiado fuerte! ¿Puede alguien por favor aclararme cómo se volvió tan fuerte?”, dijo alguien por la conmoción que sentía.

“¡A mí también me gustaría saberlo! ¡No tendría ningún problema en ser clasificado entre los cinco primeros entre los discípulos formales!”.

“¡No me extraña que f