Lana se rió entre dientes con frialdad y dijo, “Me niego a creer tal coincidencia. Acabábamos de salir y de alguna manera, ¿da la casualidad de que ustedes simplemente estaban por aquí? Sin mencionar que, si solo estabas de paso, ¿por qué traías a una multitud contigo?”.

“Originalmente estábamos planeando en buscar una pelea con alguien más, de ahí la multitud. Sin embargo, cuando estábamos pasando por aquí, notamos tus enormes pechos y tu firme trasero. No pude contenerme de jugar con ustedes dos. ¿Está bien?”.

El hombre calvo continuó.

Cerca de allí, cuando Neil y su guardaespaldas escucharon esa excusa, dejaron escapar un suspiro de alivio. Afortunadamente, ese hombre calvo fue lo suficientemente inteligente como para inventar una excusa y no delatarlos.

“¡Ah!”.

Sin embargo, en el segundo siguiente, Lana inmediatamente pisoteó el dorso de la mano del hombre y habló con una voz terriblemente profunda. “¿No te he dejado confesar? ¡Me niego a creer en coincidencias! ¡Jeje, es buen