“¡Eso es increíble! Joven Amo Fane, ¡muchas gracias! Si no fuera por ti, ¡no habría tenido la oportunidad de llegar a la cima del reino de los dioses verdaderos!”.

De camino a la Montaña Kobe, el Primer Anciano de la familia Woods, Kenneth Woods, dijo con inmensa alegría.

“Jeje, de nada. Era solo cuestión de tiempo para que llegaras a la cima del reino de los dioses verdaderos. Todos somos Woods, ¡no hay nada que agradecerme!”.

Fane se rio y respondió despreocupadamente.

Nash, quien estaba al lado de Fane, estaba preocupado; su rostro se ensombreció. “Fane, me enteré que ofendiste al Segundo Joven Amo de la familia Hunt, y la otra parte incluso te advirtió de que te mataría en la competencia. Así que cuando comience la competencia, ¡tienes que tener mucho cuidado y prestar toda la atención a tu oponente!”, le dijo Nash a Fane.

Fane asintió y sonrió: “Padre, no te preocupes. Mi destreza de combate y mi nivel marcial no son bajos, no será fácil para él matarme. Además, tengo el arma