Entran a su cuarto y Melisa nota a Daniels muy serio, pero también desencajado, realmente lo ha pasado mal, antes y ahora, realmente se asustó por ella. Lo siente más cerca que nunca.
— Ve a darte un baño y cambiarte de ropa, no quiero que te resfríes- le indica en tono dulce
Melisa le hace caso y se mete en la ducha, dejando que el agua fría calme toda la tensión experimentada.
Sofía fue al consorcio, quería pedirle permiso a Daniels para poder ir a la Discoteca con sus amigas a celebrar el cumpleaños de Lulú, pero antes fue a la oficina de Melisa en busca de apoyo.— Ni lo sueñes, yo no voy a intervenir- se negó rotundamente Melisa- Igual no creo que vaya a dejarte ir, tú no tienes ni edad para entrar en una discoteca—
Daniels llevo a Melisa a la playa, y como ella sabía lo que le costaba sacar todo ese dolor que por tanto tiempo llevaba acumulado, no lo presiono.Se sentaron en la arena, mirando al mar y ella recostó su cabeza en el hombro de él queriendo trasmitirle todo su apoyo.El beso su cabeza y finalmente comenzó a hablar— Alejandro llego a buscar a Sofía y al verla venir a su auto, vestida con una minifalda color caramelo y una blusa azul rey, maquillada mas de lo usual, tuvo que reconocer que se veía muy diferente a la niña que siempre había sido en su corazón.Se veía como una mujer adulta, demasiado hermosa y con una sonrisa que siempre tuvo la virtud de derretirlo.En 15 minutos llegaron juntos a la Discoteca, ella estaba realmente feliz por poder compartir esa noche con sus amigos, pero eso no se comparaba con la emoci&oCAPITULO 41 ES UN ERROR
Al día siguiente cuando Melisa bajo a desayunar ya Daniels se había ido, Dios nada le impedía madrugar en su trabajo, y ella estaba loca por verlo, hablar con él, saber que iba a estar bien, que le hiciera saber que iba a pasar de ahora en adelante con ellos.Pero los días pasaron y el trato hacia ella no cambio mucho, seguía tratándola con cortesía, como se trata a una amiga y eso la mato literalmente.Se deprimió y tuvo que buscar consuelo en Vincent
Melisa y Lucy fueron aun bar a unas cuadras de la oficina y Lucy fue por unas bebidas a la barra, en ese momento el teléfono sonó y eran Daniels, y ahora que quería, ya logro desocuparse de su pelirroja y ella era su comodínDecidió contestar— Donde te has metido Melisa, son las 10, y hace rato saliste de la empresa, pregunte a Vincent y tampoco sabe dóndeestás y con quien— Porque tanto alboroto, salí con alguien y punto- espeto con fastidio.— ¿Con Moncada?- pregunto rabioso— No- negó calmada— ¿Con quién?- apremio— Con alguien más- respondió así a propósito— Melisa responde con quien estas a estas horas— Me hablas como si fuese una niña de 12 años y tu fueses mi papa o hermano mayor, ah tampoco eres mi novio, Daniels yo sé lo que hago,
Melisa llega a la oficina justo a las 8:00 am y Lucy atareadísima y estresada le informa— Melisa entra en la oficina del Sr. Travers, hoy es la junta y quiere ultimar detalles me pidió que tan pronto llegaras fueras a su oficina— Te veo atareada amiga-puntualiza ella.
En las siguientes semanas Daniels volvió a ser ese hombre del principio, cerrado y totalmente hermético, apenas hablaban porque era algo que tenía que ver con la empresa, de resto cada uno por su lado.En la casa casi no coincidían, pues a él le había dado por salir casi todas las noches, a donde iba, lo desconocía, o tal vez a ver a Delia Millano o a Dayana Contreras, o quien sabe cuál otra. Los celos la consumían por dentro.El sábado seria la celebración de aniversario del Consocio y lo haríanRinaldi, era un centro nocturno que estaba de moda, y donde acudieron los altos ejecutivos de Providence, estaban los de finanzas, contabilidad, Richard, Vincent y Daniels por supuesto llego una hora después acompañado de Dayana Contreras.Melisa va saliendo del tocador y lo ve en el pasillo esperándola, que hace allí, le quiere pasar por el lado
Al otro día Melisa debe obligatoriamente verse con Daniels para entregarle los presupuestos para la guardería y mostrarle las fotos que ha bajado de internetAsí que respira profundo y dándose valor ya autodominio entra en la oficina de elLo consigue de espalda mirando a través del ventanalPor unos segundos permaneces así, hasta que finalmente se vuelve y una mirada fría, tan fría como un tempano de hielo la recorre de arriba abajo.— Que quieres- le pregunta de manera grosera y toscaElla lo mira con odio— Entregarte esto- le enseña las carpetas que pone sobre el escritorio y añade-Son los presupuestos de guardería y algunas fotos por si te interesan- y las deja allí para irse.— Espera- le pide y ella aguarda esperando que revise la informaciónPero en vez de ver las carpetas va hasta donde esta ella y a pocos cent&