- Linda - completó él mirándose en el espejo.
Me acerqué a pararme tras él y no pude evitar tomarle por la cintura mientras ambos contemplábamos su reflejo, y después acerqué mi nariz a su cuello aspirando su aroma. Cris suspiró ante mi tacto y se dejó hacer, poniendo sus manos sobre las mías.Me sonrió tan feliz y tan agradecido, que en ese momento me prometí mentalmente que haría todo lo posible para mantener esa sonrisaA partir de ese día todas las tardes íbamos a su casa y entre los dos la dedicábamos a cambiarle el look, la ropa que había en el armario de su madre era más extravagante y colorida que la ropa que había en mi casa, así que pasábamos horas y horas armando outfits que Cris me
A las 3:30 ha estábamos llegando al hotel más cercano, nos alcanzaba apenas para una habitación sencilla pero al menos era bonita. Era un cuarto de paredes blancas con techo y piso color crema, había una ducha, un armario, un televisor, y una enorme ventana que daba hacia la calle, estábamos en el segundo piso así que la vista no era tan mala.En medio la habitación había una cama matrimonial, porque claro que dormiríamos juntos, porque ahora éramos una pareja. Sobre la cama estaba Cris comenzando a desvestirse, y y yo lo miraba desde la ventana. Me acerqué a él por la espalda, dejando que sintiera mi cuerpo caliente por el alcohol.«Y por otra cosa»Besé su cuello con delicadeza, haciendo a un lado su cabello largo para
[Secuela del capítulo anterior]Habían pasado algunos meses desde que Cris y yo nos habíamos hecho novios oficiales, día con día construiamos una relación más... Particular.Después de conocerlo un poco más, le ayudé a aceptarse como él era, y con el tiempo comenzó a mostrarse más a su manera en público, al principio de manera sutil, con pequeños detallitos femeninos, u últimamente saliendo a la calle con faldas y vestidos que enmarcaban su hermosa silueta. Por otro lado él me había ayudado a trabajar mi autoestima ayudándome a ver y sentir que mi heterocromia era algo que me hacía especial, por lo menos a sus ojos.En cuanto al sexo... A mí
Sonreí.Sin más preámbulo liberé su pene y lo llevé a mi boca, él soltó un gritito un poco sorprendido y se removió sensualmente en la cama, empujando sus caderas más dentro de mi boca, y yo lo recibí gustoso al tiempo que buscaba la colita entre sus piernas. Cuando la encontré, tiré de ella suavemente.- Mmmmgh, si, si - gemía él. Cuando la pieza salió de su cuerpo la tomé en mis dedos y busqué volver a guiarla a su entrada.Todo eso causaba en Cris una curiosa reacción de gemidos, jadeos, gritos, ligeros temblores, haciendo de todo un espectáculo para mí. Me encantaba verlo de esa forma.Una vez
Cuando traje a Dorian a casa jamás imaginé llegar a ser lo que somos.Dentro de toda la mafia que mi familia controlaba había ciertas "reglas" para mantener la convivencia entre distritos, y es por eso que cuando supe que el distrito vecino había jugado sucio me enfadé y decidí enfrentarlos.Nuestros negocios se limitaban a traficar drogas y armas, pero ellos habían comenzado a secuestrar gente para ganar más dinero y claro, poder comprar más acciones y negocios. Un trabajo sucio. Y la primera víctima de ello había sido Dorian.Recuerdo haberlo rescatado del sótano después de haber matado a mi supuesto socio en la planta alta de su casa.Dorian estaba encadenado al suelo, desnutrido y ojeros
El resto de la tarde continúe en la oficina trabajando: números, finanzas, dinero, negocios, llamadas, discusiones, era el trabajo de todos los días que ciertamente comenzaba a hartarme ya.Así solían ser todos los días para mí, a excepción de los domingos quizás, cuando pasaba el día con Dorian y salíamos a pasear a lugares alejados del centro, eran los únicos momentos que realmente disfrutaba porque el chico me hacía reír y... Me hacía feliz, sobre todo cuando reía y me agradecía por cosas pequeñas que hacía por él.Dorian había sido para mí el regreso de la alegría a mi vida después de que perdí todo como él. Mis padres murieron de la misma forma: a manos del negocio que ellos mismos habían ini
Lo solté de la mano y me deshice de mis zapatos dejándolos sin importancia en alguna parte de la arena, después me quité la camisa y me doble el pantalón hasta las rodillas, mis calcetines se volaron con el viento pero tampoco le di importancia.Estábamos a escasos metros de la orilla, la arena me tocaba la piel con suavidad casi celestial, pero más celestial era el rostro de Dorian iluminado por la luna.Lo vi alejarse hasta llegar al agua, ahí se sumergió unos segundos y después salió echándose el cabello para atrás, la piel había quedado perlada por el agua y los suaves rayos de luz se reflejaban encima dándole un aspecto brillante y terso que quise acariciar.Caminé hasta donde él estaba brincoteando y me senté hasta que el agua me mojó los pi
Bajé a su pecho sin soltar sus manos y di ahí un par de besos y suaves mordidas, si bien tenía ganas de marcar ese cuerpo como mío, también me parecía que era como un lienzo puro que no merecía si quiera ser tocado, y no quería arruinar esa pureza y perfección que había en él; con cuidado fui bajando hasta el resorte de su ropa interior, descubrí ahí que mi excitación era correspondida y que él también gustaba de mi.Su pecho subía y bajaba con nerviosismo, además, él miraba expectante a mis movimientos enfrentándose a algo completamente nuevo para él- ¿Puedo hacerlo? - pregunté antes de si quiera remover su ropa interior. Dorian soltó una especie de pequeño gemido que interpreté como un "si", y entonce
Después de una ardua tarde a caballo, las puertas del reino se abren para recibir al Príncipe Damián.En las caballerizas reales están los esclavos dispuestos para atender y asear a los caballos, en donde el hombre se pasea orgullosamente sudoroso después de su satisfactoria jornada. Damián es un hombre de pocas palabras, y con señas pide y agradece a los soldados y esclavos.Dentro del castillo hay dos filas de 6 mujeres esclavas y seis hombres esclavos formando una valla dispuestos para atender al Príncipe y asearlo como todas las noches. Todo es mera formalidad, porque él hombre de facciones marcadas y ojos gatunos siempre observa con la misma mirada al último hombre en la fila y con el dedo hace una seña de dirigirlo a la habitación real. No escoje a