El gran espíritu del sol Apolo observaba la lucha resistiendo el impulso de ir y golpear a esas asquerosas alimañas que querían dañar a su preciosa niña.

—Señor eso no fue correcto —reprocha un hombre de túnicas resplandecientes.

—¿Tienes miedo? —pregunto divertido Apolo—, Adonis deberías conocer mi corazón más que nadie, esa pequeña es todo lo que me une a ella.

La voz de Apolo estaba llena de melancolía.

—Su bendición se convirtió en una maldición para ellos, si no lo hubiera hecho no estaría sufriendo ahora así mi señor.

—¿Maldición?... El egoísmo y anhelo por el poder lo es, no había ninguna justificación válida para oponerse al amor pero para ellos ser demasiado poderosos lo fue. Al final lo que le otorgue fue mi poder como ellos bendicen a quienes quieren ¿Por qué no puedo hacerlo yo?

—Le otorgó conciencia divina señor a las armas, perdió una parte de su poder por ello ¿No es una locura? —Adonis sacude su cabeza con irritación—, ningún gran espíritu sacrificaria sus poderes para