Con una hermosa y diabólica sonrisa, la mujer observa a su nieto, solo han pasado algunas semanas pero la ganancia que obtuvo su nieto al parecer no es pequeña, ¿Sus poderes volvieron a crecer?

Plap, la puerta se abre y el padre de Nicetas abre la puerta.

Jana lo mira sorprendida, este hijo suele ser el más reservado y responsable, mientras esa perra sarnosa no estuviera en el medió, es bueno que muriera tratada por el agua.

—¡Nicetas!, ¿Has encontrado la llama? ¿Era un demonio? —pregunta nervioso Dan.

—Dan Gerhard Haerig —susurró Jana.

Dan al ver a su madre palidece porque no la notó, automáticamente dobla su cuerpo a 90 grados haciendo una reverencia, él sabe que ella esta enfurecida.

—Patriarca sé que he pecado pero estoy emocionado de encontrarme con mi hijo.

Nicetas niega con su cabeza al ver el patético acto y excusa de su padre, él cuerpo de la pequeña chica se sacude, frunce el ceño y regresa a su expresión de tranquilidad habitual.

El corazón de Nicetas se aceleró de felicida