Capítulo 140
—Creo que hacer ejercicio en exceso es una forma de relajarse. —dijo Diego—. Mi cuerpo está así de bien gracias a este entrenamiento. Además, ¿no te gustan mis abdominales?

—¿Quién quiere tocar tus abdominales? —Irene se sonrojó al instante.

—Ayer los tocaste. —Diego afirmó con calma.

—Si no me hubieras molestado, ¿podría haberlo hecho? —Irene respondió, enfadada y avergonzada.

—No te enojes. —Diego se acercó a ella—. Esta noche también puedes tocarlos.

—¡Fuera! —Irene estaba furiosa y, al empujarlo, intentó marcharse, pero Diego la presionó contra la puerta.

—Duerme conmigo. —dijo—. ¿No es mejor aquí que en tu dormitorio?

Tenía una cama grande y un baño privado.

—Te he dicho que no estoy aquí para disfrutar. —respondió Irene.

—¿Esto se llama disfrutar? ¿Tienes algún malentendido sobre lo que significa disfrutar?

—De todos modos, no voy a quedarme contigo. —Irene no pudo contra él y apartó la mirada.

Cuando se casó con Diego, no lo hicieron público y no celebraron una boda, así que sus
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