Capítulo 0484
Fuera había un poco de ruido, pero para los dos que acababan de pasar por un momento de vida o muerte, ese bullicio se volvía vívido, permitiéndoles relajarse y sentirse seguros.

—Ya está, déjame bajar...

—No puedo. —Diego la levantó un poco más—. Es más seguro así.

—Pero...

Irene no se atrevía a moverse. Diego tampoco dijo nada. En el espacio reducido, la temperatura parecía haber subido de golpe.

—Diego... —Irene sintió que su propio cuerpo se calentaba—. Déjame bajar...

—Ire...

En la oscuridad, no podían verse, pero Irene escuchó la respiración de Diego. Era profunda y pesada, como si intentara controlar su ritmo, pero evidentemente no lo lograba. En los oídos de Irene, sonaba como algo que hacía que su corazón se acelerara.

—Déjame bajar...

Al hablar, se dio cuenta de que su voz sonaba extraña. La posición en la que estaban era demasiado íntima, y al estar tan cerca, podía sentir el cambio en el cuerpo de Diego.

En ese momento, él aún tenía ánimo para...

—Lo siento, no quiero esto.
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