Capítulo 0224
De medianoche, el corazón de Irene estaba a punto de saltar de su pecho.

Con un chasquido, encendió la luz; sus ojos se adaptaron a la claridad y se sorprendió.

—¿Has vuelto?

La persona en el sofá era Diego. Diego tenía el brazo cruzado sobre los ojos, sin decir nada.

Irene se acercó un poco más y olió el hedor a tabaco y alcohol que emanaba de él. Apestaba horrible. Irene se quedó parada.

—¿Estás borracho? —preguntó.

Diego no se movió ni respondió.

Irene quería dar media vuelta y marcharse; este hombre, muerto de alcohol, no le importaba. Pero la realidad era que se quedó parada unos segundos, se acercó, bajó el brazo del hombre y tocó su frente. No tenía fiebre...

Antes de que su mano se retirara, el hombre la agarró por la muñeca y la tiró hacia su regazo.

Irene saltó; en medio de la noche, no se atrevía a gritar, su voz se ahogó en su garganta.

Diego la retenía, la hizo sentar en su regazo.

—¿Qué demonios haces? —Irene luchaba sin poder moverse—. ¡Déjame ir! ¡Me voy a dormir!

—No t
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