Capítulo 063. La traición.
Anton había estado en un extraño trance durante toda la carrera, su mirada fija en el auto de Yuna, el corazón latiendo al mismo ritmo que el motor. Cuando ella cruzó la línea de meta y ganó, sintió una oleada de excitación que lo desconcertó. ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué se sentía tan extasiado por la victoria de una completa extraña?
A su lado, Inés, con una expresión de desprecio apenas disimulada, apretaba los puños. La ira le bullía en las venas mientras veía cómo su hermano se marchaba del palco. Era el momento de actuar.
Cuando Anton vio a Yuna en la pantalla, con una sonrisa de felicidad genuina, rodeada de festejos y siendo llevada en volandas al podio, sintió una alegría que le llenó el pecho. Era la misma sensación que le producía Yalens. Ella era igual de especial, de única, capaz de generar un movimiento en las masas.
—Anton, me duele mi tobillo —gimió Inés teatralmente, con la voz llena de angustia.
El sonido la devolvió a la realidad. Se dio cuenta de que no solo