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Fuego #2 : El odio del príncipe

Seis meses después.

Cristhian aun no podia asimilar el tatuaje que llevaba la primera vez que lo vio le dio el gran sermón de su vida, como si hubiese cometido un crimen de lesa humanidad. Sean sonrio divertido al ver a su hermano actuar como una madre preocupada. Las cosas estaban iendo de maravilla en el negocio.  En su ultimo viaje que hicieron en Chile habia sido exitoso haciendo nuevos aliado para el negocio. Y en las calles donde ellos dominaban estaba bajo su control. Despues de la muerte Raphael se habia corrido el rumor de que el cuervo habia hecho algunos negocios con la mafia Italiana y Japonesa, lo cual molesto en gran manera a Cristhian ya que eran socios de nosotros. Cristhian siempre le repetia como mantra a Sean que se hiciera cargo del negocio pero este siempre se negaba y hacia lo que queria. No fue hasta el cumpleaño numero ocho de su hijo Lucas que Sean tuvo que aceptar su camino.

- Sean se que ya te debo de tener harto pero creo que es me digas de una buena vez, si vas aceptar este negocio. - Hablo con voz cansada Cristhian. - Todos el mundo te respeta, ademas Raphael te queria igual que yo, se que naciste para hacer grandes cosas.

- ¿Grandes cosas?. - Respondio con sarcasmo. - Ser un traficante de drogas y un puto asesino es una gran cosa. - Sean se levanto de su silla y me observo mientras sonreia. - Sabes que te quiero tu eres un segundo padre para mi, y tus hijos son como mis sobrinos. Pero todavia no es el momento.

Me levante de la silla mientras me despedia de Cristhian y su esposa, me subi al auto junto con Sean mientras este divagaba en sus propios pensamientos. 

- Hay alguien que me gusta.

- ¿Quien es para darle mi sentido pesame?. - Respondi con sorna. - ¿Enserio te gusta alguien?.

- Si. - Respondio de forma directa. - Y estoy haciendo algo realmente tonto pero quiero estar con ella.

- ¿Y que es lo mas tonto que estas haciendo?.

Este se puso con las mejillas rojas y acelero.

- Soy su caballero para la boda de su hermana.

Ver la cara de Sean diciendo eso fue lo mejor que pude haber escuchado en mi vida, este me observo de la misma manera que mirabas a las personas antes de mandarla al otro mundo, pero igual me valio y me segui riendo de el hasta que llegamos al bar. Saludamos algunas personas y este subio a su oficinas mientras buscaba algunas cosas que habia dejado pendiente. 

- Voy a bajar a tomar un trago.

- ¡ No hagas nada estupido!.

Rei y le saque el dedo mientras salia de su oficina, llegue a la barra mientras pedia una cerveza fria, en eso senti que alguien me estaba observando, gire la cabeza a la derecha y vi una mujer muy hermosa de cabello negro y ojos marrones, tome mi cerveza y le sonrei.

- ¿Te gustaria bailar conmigo?.

La observe de nuevo y bebi dos tragos de la cerveza el sabor amargoso inundo mis papilas gustativa, tome la mano de aquella criatura y la saque a bailar. Jamas me habia acoplado tan bien con alguien, ella tenia una forma muy sensual de bailar sin llegar a ser vulgar o promiscua. Esta disfrutaba la cancion y los movimientos de la persona con la que bailaba. Esta sonrio mientras inultilmente le seguia el paso, esta sonrio de lado y en eso quede helado. Era la sonrisa de Alexandra, la tome de la mejilla y la bese esta se quedo en shock por unos minutos hasta que correspondio el beso, podia sentir el sabor dulzon del coctel que habia bebido quizas unos minutos atras, pero a pesar de que la estaba besando no era ella. Me separe de sus labios y esta me miro confundida.

- ¿Porque dejaste de hacerlo?.

- ¡ Lo siento!. 

Me di la vuelta y sali a como pude entre ese mar de gente que se movia sin desenfreno en la pista, no le dije nada a Sean, solo queria estar solo. Llegue a mi apartamento y el frio de este me dio la bienvenida como lo habia de hecho despues de un año y seis meses. Me tumbe en el cama mientras sentia que algo habia golpeado mi espalda me enderece para ver que era, y vi que era un retrato de Alexandra sonriendo, en ese momento una especie de culpa invadio todo mi cuerpo, me levante de la cama mientras caminaba de un lado a otro tratando de apaciguar el sentimiento que tenia en mi pecho.

- ¡Perdoname Alexandra!. - Hable en un susurro. - ¡No me dejes de amar te lo suplico!.

Abri uno de los cajones y saque un poco de mi maravilloso remedio para olvidar, y vaya que lo hice.

.....

Un sensacion de agua fria me hizo levantarme de golpe de la cama, tambalee un poco y vi la decepcion y la molestia en los ojos de Sean.

- ¿Otra vez te estas metiendo esa porqueria en el cuerpo?.

Me encongi de hombro y busque una toalla para secarme el cuerpo, senti los pasos de Sean pero lo decidi ignorar no estaba de humor para pelear con alguien y menos con alguien que no me entenderia.

- ¡Respondeme!. - Grito molesto.

- ¡Si! .- Hable. - ¿Y eso a ti que te importa?. - Lo observe fijamente. - ¡Es mi puta vida!, y mientras esto no arruine mi trabajo dejame meterme todas la mierdas que quiera, ¿Vale?.

- Esto que estas haciendo solo te esta destruyendo. - Observo Sean la foto que habia en mi cama. - Asi no volvera ella.

- ¿A que has venido?. - Hable irritado.

- William acaba de distrubuir nueva mercaderia y Cristhian me pidio que recogieras el dinero.

- ¡Lo hare!.

Sean me observo por ultima vez antes de irse.

- No dejes que el dolor te consuma.

.......

Willian Chesterson un afroamericano con el que Cristhian tenia negocios desde hace dos años, el se encargaba de distribuirlo por mar alguna mercancia, este me entrego el dinero de la ultima venta mientras sonrei.

- Escuche que Cristhian rompio relaciones con papa Dino.

- Si, y nosotros apoyamos su decision es lo mejor para todos.

Este volvio a sonreir y lanzo su cigarrillo al suelo.

- Cuiden muy bien al nuevo lider que alguien quiere su cabeza y de hoy no pasa vivo. - Hablo con burla.

Lo tome del cuello de la camisa mientras este se quejaba.

- ¿De que demonios estas hablando?.

- De que su momento ha llegado.

Lo lance al suelo y mientras me subia al auto y arrancaba con velocidad, le marque a algunos de los guardas de la casa para que diera la orden de cuidar a Dinora y a sus hijos. Algo me decia que tenia que llegar a tiempo. Llegue al bar mientras corria hasta la oficina de Sean en eso vi de nuevo un deja vu. La sangre de Cristhian decoraba las paredes al igual que la alfombra, grite de la impotencia cuando entraba algunos de seguridad unos al ver la escena se asustaron.

- ¿Quien fue el ultimo que entro aqui?. - Pregunte.

- No lo se. - Respondio uno.

Busque mi telefono y le marque a Sean.

- Sean ven rapido acaban de matar a Cristhian.

Colgue la llamada y me acerque al cuerpo de Cristhian mientras este tenia una nota en la frente.

" Esto no te trae recuerdos"

Abri los ojos de golpe y guarde la nota en el bolsillo de mi pantalon.

- ¡Dino!.

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