Capítulo605
A Noa le parecía un poco divertido el comportamiento de Alex, pero también se sentía enojada con él y le cuestionó:

—Alex Hernández, ¿no dijiste que no tenías fuerza?

—Sí —respondió Alex con su cabeza hundida en el cabello de Noa. Olía su fragancia como un adicto a su cuerpo.

Noa no solía usar perfumes y su fragancia provenía del gel de ducha y de la loción corporal que usaba. Era ligera, pero olía bien. La última vez que ella estaba borracha y él la tenía en sus brazos, ella también tenía la misma fragancia, que olía dulce.

Los labios de Alex estaban muy cerca del cuello de Noa. No pudo contener más su deseo y le dio un besito allí. Luego no se movió e incluso habló con la boca casi pegada a su cuello:

—Sí, es cierto que ya no tengo fuerza.

Noa se puso rígida al instante. Podía sentir la suavidad de sus labios en el cuello, lo que le hacía cosquillas en el corazón.

—¿Qué… qué estás haciendo? —tartamudeó Noa tratando de evitar el toque de sus labios.

Alex se alejó un poco la cabeza de
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