Al ver que las mujeres seguían mirándolo y no se alejaban, Alex se tiró la corbata con impaciencia y dijo indiferente:—Date prisa, ¿bien?"¡Qué molesto!", se quejó Alex en silencio. Si no fuera por Noa, no le haría caso a este Simón y no habría venido a ayudarlo ni habría tenido que esperarlo. Era una pérdida de tiempo.Simón por fin entendió. Probablemente Noa había querido seguirlo, pero Alex no se lo había permitido y, en su lugar , había venido él mismo. Los dos eran rivales en el amor, pero, por el bien de ella, Alex se había visto obligado a venir a acompañar al que odiaba. Pensando en esto, Simón arqueó la comisura de la boca y luego les sonrió a sus fans, lo que rara vez ocurría.—¿Ya no quieren mi firma ni que nos tomemos fotos juntos? —les preguntó Simón animado.Luego, todas las mujeres consiguieron su firma y sus fotos. Cuando se tomaban fotos con él, él mantenía su cara seria, pero aun así se veía muy cool en las fotos.Alex, apoyado en la pared, miraba la escena en sile
Simón se sintió un poco disgustado y maldijo en silencio, "¡Idiota!"Noa le echó una mirada a Alex y comentó:—¡Qué infantil eres!Alex arqueó la ceja sin responder. Después de un tiempo en silencio, dijo:—Vamos —puso la mano en el hombro de Noa con arrogancia y giró su cabeza hacia adelante suavemente, empujándola hacia su habitación. Simón se apresuró a alcanzarlos. Luego los dos empezaron otra discusión.Después de unos minutos, por fin llegaron a la habitación de Noa. Sonó el timbre de la puerta, y Sofía, que había sido avisada con anticipación, corrió a abrirles. Al ver a las personas que estaban esperando ante la puerta, Sofía se quedó estupefacta.—¿Qué pasó? —preguntó ella sin entender."El señor Hernández dijo que solo vendrían Noa y él, ¿por qué ahora son tres?". Después de un momento, se hizo a un lado para dejarlos pasar. Le temblaban los labios diciendo:—Pasen.Ya estaban listos los platos. Pero antes de entrar, los dos hombres volvieron a discutir.—¿Por qué no puedo
Sofía casi se moría de la vergüenza y no se atrevía a mirar a Simón.Ella solo era una actriz con poca popularidad, no podía ofender al señor Hernández, pero tampoco a Simón, quien la había escuchado hablar bien de Alex. Sofía se preocupó temiendo que él se vengara de ella. Al pensar en esto, giró de golpe la cabeza para mirarlo y dijo haciendo un puchero:—En realidad, usted también es muy...—¿Acaso lo que dijo ella no es la verdad? —la interrumpió Alex, apareciendo en la puerta de repente. Alex se apoyó a un lado de la puerta, mientras Simón estaba de pie al otro lado.Noa suspiró. “Uff, es tan difícil cenar tranquilamente.” Temía que volvieran a discutir, así que se apresuró a pasarles sus platos para que dejaran de hablar.Los dos tomaron sus platos y cubiertos y la miraron un poco perplejos.—¿Bolita?—¿Noa?Noa los miró inexpresiva y ordenó:—Tomen sus platos y salgan de aquí ahora mismo. Y me cierran la puerta.Los dos hombres no sabían qué responder. Después de un momento, hi
En silencio, Sofía contaba los segundos que faltaban antes de que Noa estallara. Finalmente, cuando estaba a punto de llegar al diez, Noa dejó caer el tenedor. Este cayó sobre la mesa con un ligero sonido, no muy alto pero extremadamente intimidante. Alex y Simón se detuvieron al mismo tiempo y la miraron con cuidado.Noa levantó la vista y sonrió.—¿Estaban cansados de sostener los tenedores por tanto tiempo?Alex y Simón no sabían qué decir.—¿Por qué no dejan de comer por un momento y salen a descansar afuera? Puedo terminar de comer toda la comida de esta mesa, incluida la de mis platos, ¿les parece?Fue entonces cuando ambos se dieron cuenta de que los platos frente a ella ya estaban llenos.Alex miró sin expresión alguna a Simón, y Simón miró de nuevo a Alex. Después de un momento, ambos volvieron a mirar a Noa al mismo tiempo.—Lo siento.—Perdón.Noa todavía estaba sonriendo, como si ya no pudiera enojarse por más cosas.—¿Por qué se disculpan? ¿Por qué deberían disculparse? Us
Sofía disfrutaba mientras comía.Ser testigo de cómo su amiga era cortejada por dos hombres tan destacados era un espectáculo agradable.Además, ver a estos dos hombres, que siempre eran altivos, disculpándose después de que ella les dijera unas pocas palabras y que luego se quedaran en silencio, era aún más divertido para ella.Lamentablemente, no se atrevía a grabarlo con su teléfono. De subir el video a Internet, definitivamente sería noticia.Poco después de terminar la comida, el teléfono móvil de Simón sonó. Al ver la llamada, su gesto se ensombreció. Tenía que regresar para filmar, pero...Simón miró a Alex, quien aún estaba sentado allí con una taza de té en la mano, disfrutando de su tiempo. Probablemente percibió la mirada de Simón, porque se detuvo un momento y lo miró.—¿Qué estás mirando? Me quedaré con ella para hacerle compañía.Simón apretó los dientes.—Por supuesto, también puedes no ir a trabajar —dijo Alex con calma.¿Cómo podría Simón no ir a trabajar? En ese moment
A través de la ventana del coche, Alex vio a Simón de pie a lo lejos. La distancia era demasiado grande, y no podía verle con claridad, pero tenía la sensación de que Simón parecía abatido.Su aguda percepción le hizo sentir algo inusual. Apretó los labios ligeramente, manteniendo una expresión imperturbable, pero dirigió su mirada hacia Noa. Ella tenía los ojos cerrados, como si nada hubiera pasado.Cuando estuvieron cerca del set de filmación, Noa abrió los ojos puntualmente y le dijo al conductor:—Detente.El conductor estaba a punto de llegar al set y no esperaba que Noa le pidiera detenerse antes de tiempo. Tuvo que parar el auto.Noa lo miró de reojo y dijo a Alex:—Baja tú primero.Alex apretó los labios:—¿Es realmente necesario? La gente ya lo vio todo esta mañana.—¿Y qué importa? —respondió Noa sin inmutarse, mirándolo fijamente—. ¿Bajas o no?Alex se quedó sin palabras. Un minuto después, Alex estaba de pie en el borde de la carretera. Aún tambaleándose, vio cómo el auto s
Al ver a su hermana, Manuel no pudo evitar extender la mano y acariciar su nuca. Habló en voz baja:—En realidad, no importa lo que decidas hacer. Siempre que seas feliz, no te detendré. Pero debes asegurarte de hacer realmente lo que quieres. Respecto a las consecuencias, siempre que puedas asumirlas, no habrá lugar para el arrepentimiento.—¿De verdad? —preguntó Noa. Luego rio suavemente—. Pero estoy tan indecisa en mi corazón...¿Indecisa? Manuel podia imaginar qué la tenía indecisa.—Estoy enojada con él.—Lo sé —respondió Manuel.—No quiero hablar con él.Manuel se rio:—Entonces, enséñale una lección.—¿Es posible?—Claro que sí. Mientras él te tenga en su corazón, no importa cómo lo reprendas, él no se irá, Bolita.Noa se mordió su labio inferior, sin decir una palabra. Manuel la miró y después de una larga pausa, continuó:—Si él se va, entonces no lo sigas.Al escuchar esto, Noa levantó la vista hacia él.Manuel sonrió levemente:—¿Quieres que yo consiga a alguien que te ayude
Ahora, e inesperadamente, después de que Alvaro dijera eso, el rostro claro de Noa se sonrojó ligeramente.—Oh, es raro ver a nuestra Bolita avergonzada. —Alvaro se acercó con su teléfono, como si quisiera tomarle una foto.Noa frunció el ceño:—Hermano, deja de hacer tonterías.—Sonríe un poco.Noa frunció aún más el ceño:—¡Hermano!Antes, Alvaro había estado sonriendo tontamente, pero al verla enojada, se puso serio y guardó su teléfono en el acto.Sin embargo, Noa extendió la mano hacia él:—Dame el teléfono.Al escuchar eso, Alvaro mostró una expresión suplicante:—Bolita, solo es una foto. La guardaré en privado y no se la mostraré a nadie.—No.Una de las cosas que menos soportaba Noa de Alvaro eran esas fotos que él tomaba. Él creía que eran adorables, pero los demás las consideraban feas y extrañas.Cuando antes él le había tomado una foto con el teléfono, ella no pudo controlar su expresión facial, así que probablemente no sabía en qué ángulo extraño la había capturado. Esa