Capítulo291
Para evitar que Noa se preocupara, el asistente de Simón le respondió honestamente de inmediato:

—No pasa nada. Él está tomando una ducha fría. No te preocupes por él.

—Vale —dijo Noa.

No le parecía extraño lo de la ducha fría, ya que era verano y muchas personas la tomaban.

—¿Podrías hacerme un favor? Dile que estoy esperándolo —Noa apretó los labios y preguntó.

—Por supuesto.

El asistente olvidó por completo la mirada molesta de Simón. No pudo resistir la súplica de Noa y abrió la puerta de inmediato. Luego llamó a Simón a gritos:

—Simón, Noa te está esperando.

Simón acababa de terminar la ducha y estaba a punto de secarse el pelo. Al oír que Noa lo esperaba, reaccionó con alarma. Sin darse cuenta, corrió hacia el armario y sacó una bata de baño para abrigarse bien.

Sin embargo, al caminar hacia afuera abrigado con la bata, se dio cuenta de que se había apretado demasiado el cuello. Se detuvo, examinó su ropa y decidió aflojar un poco el cuello, revelando así sus pectorales masculino
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