Manuel había venido porque no podía dejar de preocuparse por Noa. Cuando se enteró de que ella estaba bajo la tutela de Mario, se sintió un poco más tranquilo.

Durante años, las dos familias enemigas habían evitado utilizer métodos oscuros o sucios. Tanto Manuel como Simón, junto con sus equipos, despreciaban ese tipo de tácticas. Así que no había problema en seguir a Mario.

"Si necesitas algo, házmelo saber en cualquier momento”, quiso decir Manuel. Aunque no controlaba la industria del entretenimiento, no le faltaban los recursos que necesitara.

Sin embargo, al pensar en cómo era Noa, decidió guardarse esas palabras y solo preguntó:

—¿Has cenado?

Noa negó con la cabeza.

—He comido algo ligero en el avión para el almuerzo.

—Vamos, te llevaré a cenar —respondió Manuel.

En ese momento, Juan interrumpió inoportunamente:

—Ay, por cierto, Manuel, no olvides la sesión de fotos que acabas de rechazar.

En un principio, esa sesión de fotos estaba programada para la tarde, pero debido a que