“Nos enfermaremos, cariño”, le susurro entre besos, y ella sostiene mi cara entre sus manos y sonríe.“No me importa”, ella susurra, devolviéndome el beso con pasión. Allí estábamos, bajo una lluvia torrencial, completamente empapados, besándonos apasionadamente sin preocuparnos de nada más que del otro. Definitivamente, valía la pena contraer una pulmonía por este momento. El relámpago, seguido de un fuerte trueno, interrumpe nuestro momento. Nos separamos de un salto y tomo su mano, tirando de ella hacia el interior de la cubierta inferior justo cuando el barco se acerca a la marina.“Estás temblando”, le digo, frotándole los brazos, y ella sacude la cabeza sonriéndome.“Tú también”. Ella respira entrecortadamente. La observo de cerca mientras me levanta la camiseta por encima de la cabeza y la deja caer al suelo antes de que sus dedos fríos y temblorosos recorran mi pecho y mi estómago. Aprieto mi frente contra la suya mientras me desabrocha los pantalones y me los baja. Gimo cua
Shayla se muerde el labio y asiente: “Sí, sí puedes, solo concéntrate en mí”, ella susurra, mirándome a los ojos. Me relamo los labios y me acerco para acariciar su mandíbula con el pulgar. “Tienes un beso, haz que valga”, ella declara, mirándome fijamente a los ojos, la calidez que solía tener en sus ojos cuando me miraba, había desaparecido, y ahora me miraba fijamente con una expresión ausente.“No voy a desperdiciar un beso tuyo con alguien como ella”, digo, presionando mis labios en la comisura de su boca. “Vayámonos de aquí”, susurro y dejo caer un beso en su frente. Shayla asiente y nos levantamos. Dejo algo de dinero en la mesa, rodeo el hombro de Shayla con el brazo y salimos de la cafetería. Siento la mirada de Sophie cuando paso a su lado sin siquiera mirarla, concentrando toda mi atención en la única chica que realmente se lo merece.Justo cuando las cosas nos iban tan bien, dimos un gran paso atrás, y las cosas han estado tensas entre nosotros desde que volvimos. Es como
“Mamá, ¿estás segura de que te sientes bien? Puedo quedarme más tiempo si me necesitas”, discuto con mi madre, pero ella sacude la cabeza y me hace un gesto para que me fuera.“No, cariño, ya me siento bien, de verdad. Te has desgastado cuidando de mí y trabajando esta semana. Vete a casa con tu esposo”, ella me dice mientras la tapo con la manta para que se mantenga caliente.“Pero Mamá…”.“Shayla, ya estoy bien. Además, también tengo a Sammy para que me cuide. Vete a casa”. Miro a Sam, quien asiente con la cabeza dándole la razón.“Si algo le pasa o empieza a sentirse peor me llamas. ¿Entendido?”, le digo a mi hermano mayor, y él vuelve a asentir con una pequeña sonrisa.“Lo haré, lo prometo. Mamá tiene razón, te ves agotada Shay, ve a descansar antes de que te enfermes también”, él dice, desordenándome el cabello como si fuera una niña de seis años. Le quito la mano de un manotazo y le doy un puñetazo en el hombro frunciendo el ceño, y él se ríe.“Auch, todavía tienes ese ganc
Recorro su rostro impreso en la lápida con mis dedos. “¿Realmente no soy digna de ser amada? ¿Qué tengo de malo? ¿Por qué a todo el mundo le resulta tan fácil dejarme a un lado y alejarse de mí?”, digo entrecortadamente, sacudiendo la cabeza. “Estoy tan enojada conmigo misma porque sabía que esto pasaría, pero no esperaba que me doliera tanto”. Me rio amargamente y me seco las lágrimas. “Me merezco esto. Me merezco sentirme así porque soy una estúpida. Debí haberme alejado de él aquel día, pero no pude. Debería alejarme ahora, pero no puedo porque mi corazón y mi orgullo no me lo permiten”, gimo abatida, cerrando los ojos. “Oh, Papi, ¿qué voy a hacer?”. Siento un escalofrío recorriendo mi espalda cuando recosté mi cabeza sobre la tierra y sollozo hasta quedarme sin lágrimas. "Te extraño mucho”, admito con la voz quebrada. “Gracias por escucharme, y sé que probablemente estés muy decepcionado de mí y del desastre que me he convertido, pero cerca de ti es el único lugar dónde encuentro a
“No, está bien. Yo conduciré. No tardaré mucho. Te veré en la oficina, ¿de acuerdo?”, le digo y le sonrío. Él me mira a la cara y parpadea. Retiro mi mano de la suya y me dirijo a la puerta principal. La abro y salgo del apartamento. Dejo escapar un suspiro cuando él no me sigue y me apresuro a ir al coche para salir lo antes posible. Ni siquiera espero al elevador; bajo por las escaleras.Treinta minutos después, estoy sentada esperando a Franc en su oficina. “Señorita Hart, el Señor Clement, la verá ahora”. Asiento y sonrío amablemente a la joven recepcionista y me dirijo a su oficina. Franc se levanta y se acerca a mí cuando entro y me da la mano.“Señorita Hart, bienvenida. Por favor, toma asiento”, él saluda, señalando los sillones de cuero situados frente a su escritorio de mármol. “¿En qué puedo ayudarte?”.Suspiro y me relamo los labios: “Antes de contarte la razón por la que estoy aquí, necesito saber si la confidencialidad entre cliente y abogado se aplica también a mí. Sé
“¿Tristan?”.Levanto los ojos de la taza de café que he estado mirando durante los últimos veinte minutos. Miro a Sophie, quien me hace un gesto con la mano frente a mi cara. “¿Hm?”.“Llevo veinte minutos hablando y tú ni siquiera me has estado escuchando”. Ella resopla echándose hacia atrás en su silla y cruzando los brazos sobre el pecho, aparentemente molesta conmigo.Sacudo la cabeza. “Lo siento, cariño, es que tengo muchas cosas en la cabeza”. Suspiro y me acerco. Tomo su mano entre las mías y le acaricio los nudillos suavemente. “Te escucho”.Sophie sonríe y coloca su mano sobre la mía. “Decía que ahora que te vas a divorciar mañana, podemos organizar una cena y reunir a nuestras familias para anunciar que volvimos a estar juntos. ¿Eso no sería lindo?”.Me froto la frente y sonrío. “Soph, es una gran idea, pero hagámoslo dentro de un par de meses, cuando mi divorcio esté terminado y fuera del camino. Necesito algo de tiempo para despejar mi mente, además la prensa está encim
Ah, quiero gritar, ¡por qué mi mente simplemente no se calla! Exhalo y sacudo la cabeza, obligándome a concentrarme en el trabajo que tengo enfrente, pero mis ojos vuelven a levantarse hacia ella. Ella ya recogió sus cosas del escritorio y ahora está abrazando a todos. Heather está llorando, nunca la había visto llorar en todos los años que lleva trabajando aquí. Esta oficina va a ser muy deprimente cuando ella se vaya.Shayla se da la vuelta y me mira a través de la ventana, nuestras miradas se encuentran, y cuando veo que las lágrimas ruedan por sus mejillas, todo en mi ser me duele muchísimo. Aprieto la mandíbula con fuerza. Me tiemblan los dedos, así que los aprieto con el puño para no acercarme y aferrarme a ella con toda mi vida. Ella se besa los dedos índice y medio y los presiona sobre su corazón. Yo beso los míos y los aprieto contra el mío, y asentimos. Mis ojos arden mientras parpadeo para contener las lágrimas. Ese era un gesto que hicimos en Niza mientras hacíamos el amor
Josh pone los ojos en blanco, sacudiendo la cabeza. “Dios, Cole. Creía que habías decidido dejar pasar lo de Shayla, amigo”.“¡Lo estoy haciendo!”, grito enfadado. “Ella se fue, mierda. Dejó el trabajo. Se va de casa; ¡ella me deja mañana!”, Gimo y giro la cabeza para mirar a Josh. “¿Me llevarás con ella?”.Josh se ríe, sacudiendo la cabeza. “No. Si te presentas así en su puerta ella va a pensar que eres un imbécil. El único lugar al que vas a ir ahora es a la cama, amigo mío. Necesitas dejarlo pasar y dormir. Vas a verla mañana de todos modos. Puedes decirle lo que sea que necesites decirle allí”, él explica, y yo suelto un quejido, mirando por la ventana hacia el cielo negro.Una hora más tarde, Josh me lleva, medio arrastrándome por mi apartamento hasta mi habitación. “No, no, no”, murmuro, señalando la habitación de Shayla. “Ahí dentro”. Josh asiente y me lleva hasta su cama y me deja caer en ella. Toda la habitación seguía oliendo a ella, y eso hacía que mi corazón se apretara