Madeline preguntó, con incredulidad, y miró a Jeremy, con atención.

En su cabeza, en ese momento, este era el hombre que ella amaba, pero que él no la amaba de vuelta. De hecho, él la odiaba.

Jeremy vio la mirada perturbada de Madeline. Él le tomó las manos y la miró con amor. "Linnie, no me tengas miedo. Nunca más haré nada que te ponga triste".

Madeline miró a Jeremy, sin comprender, incapaz de creer que esas palabras hubieran salido de sus labios.

No hace mucho, él actuó feroz y enojado, cuando la agarró por el cuello y le dijo que quería vengar a Meredith. Sus ojos helados le habían atravesado los huesos. Eran como picos de hielo, pero ahora...

"Jeremy, ¿e-estás bien?". Madeline estaba preocupada.

Jeremy la miró con dolor en el pecho. "Linnie, estaba equivocado. No debería haber creído las mentiras de Meredith. Te he hecho daño. No debería haberte roto el corazón, una y otra vez".

Los ojos de Madeline se iluminaron. "Jeremy, ¿estás diciendo que finalmente me crees? ¿Entonces