Fiona y Kendra se quedaron en silencio. Volvieron a sus puestos y repitieron el video que habían visto esta mañana.

Cuanto más lo veían, más envidia y celos sentían hacia ella.

¿Por qué las raíces de Ava eran tan excepcionales? Además, también tenía una madre extremadamente rica. ¿Qué tan rica era?

Una vez que Ava terminó su desayuno, no le importó que Fiona y Kendra le prestaran atención.

Estaba demasiado ocupada con su propio trabajo, y cuando eran casi las 12, recibió un mensaje de texto de un número desconocido.

Solo era una frase corta. [Ava, estoy abajo del edificio de tu empresa. Puedes bajar cuando estés libre. Siempre te esperaré.]

Ava miró el texto en la pantalla de su teléfono y se sintió inexplicablemente conmovida.

“Ava, es casi la hora de comer. ¿Quieres que almorcemos juntas?”. Maisie se acercó y preguntó.

Ava guardó su teléfono y se levantó. “Maisie, hoy tengo una cita con alguien”.

“¿Sí? ¿Es con tu súper apuesto novio? No, no, ahora es tu prometido”, bromeó Ma