“Oh, es una bendición para nosotros que Dan pueda casarse con una chica tan buena como tú, Naya”. La madre de Daniel no dejaba de elogiar a Naya, aparentemente olvidando el hombre excelente y excepcional que era su propio hijo.

Mientras escuchaba los elogios de sus familiares y amigos, Naya bajó la mirada tímidamente antes de volver a levantarla.

“Señora Graham, habla usted demasiado bien de mí. No soy tan buena como ha dicho. Soy muy afortunada de casarme con Dan”.

“Escuchen lo humilde que es Naya”. La madre de Daniel volvió a elogiarla. “Tener una nuera bien educada y sensata como tú es una bendición para los Graham”.

Naya se sonrojó tímidamente al escuchar esto.

El rostro de la madre de Naya también estaba lleno de arrogancia y engreimiento. “Naya, vivirás una buena vida con Dan en el futuro. Ahora que están comprometidos, es como si ya fueran marido y mujer. Si vuelves a ver a Ava, deberías decirle que eres la nuera de los Graham. Dile que sepa cuál es su lugar y que se aleje