“Ava, sé que estás molesta por la actitud de mi familia hacia ti y que has estado soportando todo por mí. Soy consciente de todo esto. He hecho todo lo posible por hacer concesiones y salvar esta relación. Espero que me puedas dar un poco más de tiempo. Definitivamente, no te defraudaré”, prometió Daniel con solemnidad.

Ava sintió la sinceridad de Daniel. Tenía muchas cosas que quería decir, pero no lograba que le saliera una sola palabra.

“Ava, sé que quieres estar con Dan. De otro modo, no hubieses llorado tanto mientras me abrazabas hace un momento”.

“... Y-yo no he llorado”, negó Ava con necedad.

Sin embargo, cuando Daniel escuchó eso, la culpa y la angustia abrumaron de pronto a su corazón. “Lo siento, Ava. Realmente no deseo hacerte sentir triste”.

“Dan, ¿cómo está tu abuelo? ¿Cuál es esa idea que has mencionado para complacer el último deseo de tu abuelo sin defraudar a Ava?”. Madeline hizo la pregunta clave.

Daniel tampoco perdió el tiempo. Sin embargo, justo cuando esta