¡Ring, ring, ring!

Miraron el teléfono fijo que seguía sonando fuerte y claramente, luego Shirley y Fabián compartieron una mirada inconscientemente.

Después de una pausa de unos segundos, Shirley contestó el teléfono sin dudarlo.

Antes de que pudiera decir algo, escuchó una voz familiar desde el otro extremo del teléfono.

“Pon a Shirley al teléfono”, ordenó Carter.

La mano de Shirley en el teléfono se tensó.

“¿No me escuchaste? Pídale a alguien llamada Shirley Brown que se ponga al teléfono. Sé que está en la villa”, instó Carter con impaciencia.

Sin embargo, menos de dos segundos después de decir eso, Carter de repente se dio cuenta de algo.

“¿Shirley?”.

“Soy yo”. Shirley hizo todo lo posible por mantener la calma. “Carter, ¿por qué llamas a este número?”.

“Quiero decirte que pronto podré vengar a nuestro hijo muerto”. La voz de Carter se oía sombría. Su tono sonaba profundo y sombrío por alguna razón.

El corazón de Shirley dio un vuelco. “Carter, ¿qué quieres decir? ¿Qué