Sin embargo, Madeline vio que la manita de Lillian tenía más manchas rosadas que antes.

Parecía que no se trataba de una típica enfermedad de la piel.

No mucho después, Jeremy llegó.

Al ver las pequeñas manchas rosadas en las pequeñas manos y brazos de Lillian, Jeremy frunció el ceño.

“¿Es por la leucemia?”. Jeremy adivinó, pero no tenía una respuesta precisa.

Madeline también frunció sus encantadoras cejas. “No creo que haya muchas clínicas de dermatología abiertas por la noche, Jeremy. ¿Qué crees que deberíamos hacer ahora?”.

“Vamos a buscar al médico de Lily”.

“¿Te refieres a Evan?”. En ese momento, Madeline tenía la sensación de que solo Evan podía ayudarlos a resolver sus problemas.

“Regresemos primero al hotel. Dejé la tarjeta de presentación de Evan en el hotel, así que tenemos que regresar”.

“Eso no sería necesario”. La voz de Fabián vino de repente desde un lado.

Madeline y Jeremy volvieron la cabeza sorprendidos y vieron a Fabián caminar hacia ellos con expresión pr